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448 P. PÍO DE MONDREGANES de Cristal (40). No hay ninguno, escribe San Juan Crisóstomo, que haya ama– do tan ardientem'ente a Cristo como Pablo (41). El misionero debe revestirse del espíritu de Cristo en sus pensamientos, en sus palabras, en sus acciones, tn su predicación, en sus ejemplos, en su doctrina y en todas las manife5taciones de su vida apostólica. g) Amor al pr6jimo.-Del amor a Cristo procedía el amor ardiente al prójimo. Como misionero fué un sabio arquitecto ( 42) , como director de es– píritu tiene delicadezas de madre. Escribe a los gálatas: ''Hijitos míos, por quienes siento de nuevo• los dolores de parto, hasta que se forme Cristo en vosotros. Y quisiera hallarme entre vosotros ahora y ma– tizar las infiexiones d'e mi voz, pues no sé qué hacerme con vosotros" (43). Manifiesta sentimientos de compasión hacia los incrédulos judíos: "Verdad digo en Cristo, no miento, como que testifica conmigo mi propia conciencia en el Espíritu Santo, que es grande mi tristeza e inc'esante el dolor de mi corazón. Pues desearía ser yo mismo anatema por parte de Cristo en bien de mis htermanos según la carne" (44). Con tiernas palabras agradece a los filipenses los obsequios que le envia– ron a Roma: "Hermanos míos queridos y entreñablemente des'eados, gozo y corona mía, manteneos así firmes en el Señor, queridos míos. Recomiendo a Evodia y re– comiendo a Síntiqu•e que tengan un mismo sentir en el Señor ( 45); lo mismo que a Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida" (46). A todos sus hijos engendrados en la fe llevaba pres•entesi en ~u mente y en su coTazón. Pablo es un volcán de amor para Cristo y los hombres redimidos con su sangre. Y como no hay verdadero amor sin sacrificio, Pablo se sacri– fica por todos sin reserva. h) Espíritu de sacri{ício.-Toda su vida misionera fué un continuo sa– crificio por la difusión del Evang•elio. Dejemos que él mismo lo refiera con la propia elocuencia: "¿Hebreos son? También yo. ¿Israelitas son/ También yo. ¿Linaje son de AbrahamI También yo. ¿Ministros de Cristo son? (Delirando hablo.) Más yo: en trabajos, más; en cárceles, más; en golpes, mucho más; en peligro de mu'er– te, muchas veces. Cinco veces recibí de los judíos cuarenta golpesi menos uno; tr-cs veces fui apaleado, una vez apedreado, tres veces naufragué, un día y 1111a noche pasé sobre el abismo del mar; caminos hechos a pie, muchas veces; peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de los de mi raza, peligros de los g'entiles, pzligros en la ciudad, peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatigas, en noches sin dormir, (40) Cf. Con:wuo A L.\PI!lE, ~- J., Fi1111ra cli 8. I'aolo ossia Icleale della rita a¡¡ostolica, cd. P. H. G.u.nús, S. J., wrs. ita!. de G. BARBERO, S. S. P., pág. 42. Alba, W42. (41) De sarel'(/ofio. l. 3, JIG., 4S, ü45. (42) I C'or.• III, 10. (4:l) Oal., IV, Hl-20. (44) Rom., IX, 1-fl. (45) I'hil., IV, 1-2. (4ü) I'hil., III, 3.

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