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PROBLE'-1AS MISIONALES 33 Cuerpo místico del Redentor con "inscio quodam desiderio, ac voto", carecen, sin embargo, de tantos auxilios y ayudas cel'estiales que únicamente pueden usufructuarse dentro de la Iglesia católica. Entren, pues, a formar parte de la unidad católica (6). Quienes de bm:na Í'e se hallan fuera ,del Cuerpo Místico pueden obtener ciertamente la salvación eterna. )\;fas, como dice el Papa, no pu•eden hacerse ilusiones acerca del destino eterno. Pues aun aquellos que se ordenan a la Iglesia de un modo casi inconsciente y por deseo, carecen de tantos y tantos bienes espirituales que sólo dentro de la unidad visible de la Igl'esia pueden conseguir. El axioma "Extra Ecclesiam nulla salus" sigue teniendo en nuestrso días 1a misma virtualidad e importancia dogmática de siempre, a pesar que hoy, como ayer, tenga impugnadores. El axioma en la Sagcada Escriturn.---Es claro que la doctrina de los Con– cilios y de los Pontífic'es se funda en la Revelación, cuya fuente principal es la Sagrada Escritura. Esta no presenta el axioma tal como actualmente se iormula, pero en ella se contienen muchos textos de los cuales fácilmente se d•educe. Así, por ejemplo, en el mandato misionero que Jesús antes de subir al ciclo dió a los apóstoles: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, y enseüad a todas las gentes, bauti~ándolas en el nombre del Padre. d-el Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuan~ to yo os ha mandado" (7). Y San Lucas, escribe: "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bauti– zado s0 salvarú, mas el que no crey'e:re se condenará" (3). Son, pues, nece~ sarios la fe y el bautismo. Los que creen y reciben vúlidamente el bautismo se hacen miembros de la Iglesia, ~ntran en la sociedad espiritual, única y ne~ cesaría fundada por el Salvador para la salvación. En la primera predicación San Pedro propone co:no, remedio para salvarse el bautismo: "En oyéndole, se sintieron compungidos de corazón y dij'eron a Pedro y a los demás após~ toles: ¿Qué hemos de hacer, hermanos? Pedro les contestó: Arrepentíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados y re– cibiréis el don del Espíritu! Santo" (9). Además de la compunción del corazón para salvarse es necesíl.fio el bautismo. Este viene considerado como la puerta de la Iglesia; luego e¡¡ necesario entrar por esta puerta para ser salvos. Es indispensabh~ pertener..er a la Iglesia fundada por Jes,ucristo, que es una sola: la católica romana. El axioma en b tradición patrística.-Otra de fas fuentes de donde el teólogo saca sus conclusiones científicas es la tradicién patrística. Veamos qué dicen los Padres de la Iglesia. San Ignacio de Antioquía escribía contra los fautor'cs del cisma: "Quienes son de Dios y de Jesucristo están con el obispo, y cuantos penitentes vienen a la unidad de la Iglesia, y éstos serán de Dios ... No erréis, hermanos míos; si I alguno sigue el cisma no her-edará el (6) Litteruo Encyclicae Mystici Corporis Christi, edit. S. 'l.'ROM.P, S. J., Roma, 1943, n. 101, pág. H0. Cf. Ibíd., n. 21, pág. 1G; n. 40 ; púg. 25. (7) MATTH., XXVIII, 19-20. (8) MARC., XV. (9) Act., II, 37•38. 3
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