BCCCAP00000000000000000000392

416 P. PÍO DE MONDREGJ\,NES martirio d'i!' cuatro hermanos mártires, del cual fué espectador, resulta que, después de casi veinte años de Misién, de los cuales ocho en Jerusalén, lugar del martirio, tuvieron una larga sesión para estudiar el modo de llevar a D:os las alm..is que el diablo se esforzaba por arrebatarles, y ofrecer a Dios un co– rioso f:uto de almas en la ciudad c\'e Jerusalén. Después de haber consultado la Sagrada Escritura y célebres teólogos para establecer el modo más conve– niente, según el cual un hombre perfecto pueda portarse con homb1•es, carnales y materiales, como son los que viven bajo una ley o secta como esa de Maho– ma, determin.:iron pr'esentarse con un papel escrito en italiano y en árabe, en el temp:o de Salomón, convertido el'. mezquita, para confutar delante del rey, sistemáticamente, el Corán y la fe sarracena (26). Los musulmanes 'escuchan con 2grado las predicaciones y aun las discu– siones religiosas, pero difícilmente se convierten. Cuatro misioneros se presen'aron al rey de Jerusalén p:ira proponerle una disputa escolástica sobr•e la falsedad de la secta de IvlJ:ahoma. Resultado de su tr2bajo fué la conJcnackn a muc:tc (27). Rub,uc narra en su ltincr¿:z ium que l\1anHU Kan acor¿ó una discusü'm rel:– g:osa en su presencia; en ella debían tomar parte activa sarracenos, nestoria– nos, paganos y Guillermo de Rubruc.. Esl'c les hizo callar ccn 2rgumentos con– vincen:cs. Los PªHimos se dirigic:on a los sarracenos, pero éstos inmediata– mente respcndieron: "Nosotros concedemos que vues'..ra ley sea ,:crdadera y que es verd2d tcdo lo que se cn:ucntra 'en el Evangelio, y. por t,rnto, no que– remos disputar con vosotros" (28). Ninguno como Raimundo Lulio pcmó y deseó t;mto la conversión de ks musuln;anes. El fundamento d'c su s:stema eTa especialmente la di:1léctica. Es n,!cesar.o iluminar, hacer conocer los e1rorcs, y entcmces las alm,1s se con– vertírún. Lulio, seglar, terciario franciscano, es e! Henio e:•.: su tiempo y de su raza. El misionólogo y el misicnero práctico. El Doctor Iltmlinc1do y el fo– rfO'iO. Piensa y ejecuta; enseiia y practica. El padre Charíes dice qDe Lul:o :;e propcnía llevar a cabo L'es cosas: "a) Un martirio de a'Tior pDr Nuestro Sc:– ñor Jesucr:sto y Nuestra Señora; b) La composici(;n de libros de toda clase, donde se ofre:;rn a lLlS inb+c:s, sobre todo a los musulmanes, el medio de con– seguir la verdad'era fe; e) La institucién de colegios dende puedan prepararse los misioneros" (29). Los Sumos Pontífices, en la multitud de bulas que duban a los misioneros y dirigían a los príncipes, exponían sumariamente algunos artículos de la fe, encarHando a los misioneros de exphcar con integridad la doctrina cris– tiana (30). Como en 1:.d campo misionero pululaban también muchos herejes y cismá– ticos, insistían en la indefectibilidad ?e la Igle~ia romana y en la necesidad de la unión al Jefe visible de la catolicidad. (2ü), Cf. GOLFllOYICII, O, c., vol. I, púgs. 291-293. (27) Cf. SIMONUT, o. c., pág. 99. (28) Cf. Ibíd., púgs. 99-100. (29) CHARLES, Dossiers de l'A. Af., n, 62. Mo:NTALBÁN, o. c., pág. 242. (30) Cf. S1M0NUT, Il Metodo ,di evangelizzazione dci Francescani tm mussulmam e mongoli nei secoli XIII e XIV, púgs. 56-58, Milán, 1947.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz