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PROBLEMAS MISIONALES 411 tiana abraza a todos los hombres de cualquier nacién que san. Es un rrror consid\.:rarla corno occidental y extranjera en Oriente, en Africa o en otro lu– gar cualquiera del mundo. En ninguna parte es extranjera ·y en todas partes es indígena. Pot falta de comprensic'.'n de la naturaleza de la Iglesia católica, y quizá tamb·é.n por la falta ele táctica en pres'entarla como occidental en algunas re– gicnes asiáticas y africanas, los mis:onero5 son considerados como emisarios pol'ticos y no como enviados de Cristo Redentor. Tesús eliq'ó, educó y transformó il los apóstoles y les envió por todo d mundo corno dignos ministros del Evang'dio, instrumentos idóneos por los cua 1 es se ap1kan los frutos de redenckn. Para la idoneidad se requieren la s2ntidacl de vida y la ciencia necesaria. Les misioneros deben preparars'¿ y formwse remota y próximamente, espiri~ lual e 'ntele tua:mente pma la empresa que se les confía. Los m 1 sioneros de entonces ¡estaban pr'¿parados científicamente para el apcstolado? ¿Poseían los conocimientos suficientes de las lewnms. reliniones, cu]turns. u~os y costumbres de los hombres a íos cuales intentaban convertir <1 la (•¿ catélica? ¡Observaron los métodos convenlentes para captarse la bene– volen:-ia de los herejes o int'e 1 e:s? No se puede responder sin dist'n~iones. En el primer período de fervcr y de c,,lo, a los deseos de los fundadores y a la llamada de los Pontífices H'Spondieron con rntusiasmo y pron•itud mPnerosos religiosos francis:-anos y dominicos, no sólo para convertir a los d'.<idcntC's. mahometanos e inf'el'<'s. sino tambi('.n pan padecer el mart'rio por Cristo. 1\fo~has veces atacaban al adversario ck frente, y s;n considerar-iones ni rcpmrs predicaban contra I,fahoma, reorendían a los em?mic¡os. t'tc. P;,rcce q•1e ih2n busranr1o la muerte. Así sucedió, por ejemplo. a los protomártires fr2n"is~,mos r1e Marnw~os Berard0 y C<•mpañero~ (1220); a Daniel con seis m'cnnn>s en Ceuta (1227): a frny Gil en Túnez (11). Pero se puede comprobar por la Historia qne no tcdos los misionnos se pottaron de' la m'sma m2nera. Como veremos más adclan•e, hombres :lustres por p:ec 1 ad y doctrina escribieron tratados para confutar racionalmente los errr'res el,? los parr2nos y mahomct:mos; funciw·on Coleg 1 os o casas de prcpa– rarión para los misioneros, antes de partir. Estud'ab:m bs lenquas y las con– trovers12s de aquel tiempo. Nicoliis III t\ 0 nía confian7n. en lns rnis'oneros, como lo m;onifiestan !as pah,bras de la bula Aeterni Patris, del 1 de abril dl~ 127,'1,: .. Quos novimus viros reli0ion's claritate, morum hcnestaf-e deco~os, et diversarum vlrtu~um titul's insinnitos ac littnali sc;\'ntia circumfu1tos" /12). Como di::-e el padre l'vlore:m, la prepararión ele los futuros aoóstoles hizo ser'os pr<'c¡resos en los últimos sic¡los de la Edad Media (13 ¡. Los misoneros se formaban según los des'ens de los Pontífice'.,. Guienes vhi!abim con solici– tud pa..a c111e la fe se propagara por "viros catholico3 et doctos", "operarios inconfunsibiles" (14). (11) Cf. HEHIBER'l', IlüLZ.\l'FEL, Jlanttale ]Tist. Ord. Fr. ][inorum, págs. 222-223, 1"'ri11111·go B.. 1009. (]2) <T Noí, 8nrn:-;;i:vr, TI metndo d·cran,¡eli::::::nzionc dci Franccscani tra 11[11sul– tna11i e .llo11r1oli nci srroli Xlll-X11', p{tgs. 45-47, l\Iilún, 1!)47. (]:\) Cf. º· ()., púg. 271. (14) 8nrnxuT, l. c., pág. 45.
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