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PROBLEMAS MISIONALES 40) en Túnez en 1397 (75); Clemente VI permite que se venda una nave de mer– cancías para dar a los frailes de Ti'erra Santa la posibilldad de restablecer el erario (76) . 5. CONCESIÓN DE AMPLÍSIMAS FACULTADES A LOS MISIONEROS. El misionero católico trabaja con el fin de llevar a todas las almas los tesoros de la redencíón de Jesucristo, y para poder realizarlo necesita estar provisto de todas las facul'.ad·es necesarias y convenientes. Esta necesidad era mayor en la Edad Media que ahora, porque los medios de comunicacién eran muy d:ficiles y lentos para poder recurrir a la Curia ronrnna. Por esto, para el ejercicio del sagrado ministerio, los Sumos Pontífices sol;an con~:eder priviiegios, facultades y gradc1~ c:xtraordinarias, de tal modo que se llamó d período ele las f acultadcs. En los múltiples documentos ponti– ficios, a este propósito, se habla de indultes, privilqJios, concesiones, gra– cbs, etc. Es cierto que no todils esils •expresiones tienen el mismo valor jurí– dico, pero el con:::epto común a todas ellas es que constituyen una práctica exccp::::onal y ext.r:1ordinaria fuera c:•d derecho común. Las focu!téldes se con– cedfan sólo pnra los terr:to:ios ck ]'l'l:siones; unas veces a los superiores, ctras a :r,s m:smos misicncros o grupos de misioneros dcot:nados ¡¡ las diversas Mi– s:on~s. conventos o 'cstacicnes ( 77). La interprdadón era favorable, excepto en ec:so de que t;e tra;ase de pC"rjukio de un krc,,ro, y las facultades, general– mente, erén comunicables a las Ortl•enes mendicantes (78). En la exposic:ón de este punto se ruede pru~eder por orden crono!Cgico y -:,lsl'em[:t:co. Para evitar inútiles repeticiones, porque muchos Pontífices no h1cen miis que confirmar o ampliar las facultades ya concedidus por los pre– decesores, preferimos el orden sistemútico, divicJi¿nclo:i:s en des grupos: l. FauJtmks q11e se refieren a la persona del misionem.--A los misione– ros cléngos, seculares y regulares, se les permitía llevar la barba (79 J, vesti:r el húb:io propio del ÍuJar, llevar rnlzado, usar dinero, recibir l•egados, recoger Lncsnas, comer d,: todo3 los m,mjmcs que les present,:sen; tener relac;ones con :os herc;•.::s, cisrnúticos, apiistatas y p~,(Jémos; llevar libros y tener biblio– te-::éls, comprar y vender (80). Podían, asimismo, r,:cibir lils Ordenes sagradas de cualquier obispo católico, sin la observancia de los intersticios, de la edad y del examen. No se !•es podia castigar con excomunión o entredicho sin man– dato especial (81). (7fi) Cf. B1tll. Franc., tomo VII, púg. 73, n. 218. (7(;) Cf. Bull. Franc., tomo VI, púg. 175, n. :!53. Cf. LtzARO DE As– l'URZ, O. l!'. l\I. CAP., Cooprraci<Ín misionera en el siglo XIV, C'll Bstudios Francis– canos, en<>ro 1!)48, púgs. l:l2-l:fü. (77) Cf. GÓLunov1cn, o. c., tomo III, púg. 108. (78) La comunicación de privilegios se halla pn la Bula Licet, de Pío II, del 5 de agosto de 14G2 (cf. Bull. Rain., tomo V, púg. 172), repetida y extendida por SiX'to IV en varias bulas (cf. Bull Rom., tomo V, púgs. 212, 217, 224) y por León XI (Ibíd., píig. 7:l2). (79) Cf. Goumovrcrr, o. c., tomo V, púgs. 112-11:t (80) m. Bull. Franc., tomo VI, púg. :m2, n. 04D; púgs. 4:m y 438, nn. 1.071,: 1.083; pág. 534, n. 1.:J3D; tomo V, pág. 150, n. B20 a. (81) Cf. Bull. Franc., tomo I, púg. 58, n. 46; pág. 9, n. 10; tomo IV, pág. 3D4, n. 58; tomo VII, pág. 556, n. 1.487. 26
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