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PROBLEMAS MISIONALES 381 Edad Media. Las primeras r'elaciones con el Occidente se deben a los merca– deres italianos Nicolás y Mateo Polo, que llegaron a Pekín en tiempo del Gran Khan Kubilai. Este emperador les envió como legados suyos al Sumo Pontífice, suplicándole qu'e mandara a su imperio cien cristiasos doctos para que pudieran instruir a su pueblo. Gregario X envió la respuesta al Gran Khan por la embajada compuesta de los dos venecianos, de l\ilarco Polo, hijo de Mateo, y de dos dominicos, fray Nicolás de ViC'encia y fray Guillermo de Trípoli. Habiendo llegado a Armenia los dos religiosos, a <:'ausa de la gue– rra, se volvieron atrás; los mercaderes Polo siguieron adelante hasta ll•egar a Khanbaliq (Pekín}. residencia del Gran Khan (49). Nicolás III envió otra Misión de franciscanos a la China, pero no pudo pasar de Persia. Estaba re– servado al cél'ebre Juan de Montecorvino el ser el primer misionero del Catay, fundador de la Iglesia de Pekín y su primer arzobispo. De la embajada de Montecorvino, de sus trabajos apostólicos y de !as sucesivas legaciones ya hemos hablado en páginas anteriores. Por tanto, a fin de no repetir lo mismo, dejamos este campo y pasamos a decir dos palabras sobre la acción misionera de los mendicantes en la India. Apostolado en la India.-Muchos autores que escribieron sobre los mogo– les hacen mención de la evangelización y organización de la Iglesia en la In– dia. Algunas noticias de los misioneros y mercaderes occidentales que llegaron a la India nos las da ll Milione, de Marco Polo (50). El mismo, regresando de la China, pasó por la ciudad de Santo Tomás como lugar de peregrinación de los cristianos. Juan de Montecorvino, en su viaje a Khanbaliq, pasó por Maliapur y predicó 'el Evangelio y bautizó algunas personas. Allí perdió su compañero dominico, fray Nicolás de Pistoya (51}. Guillermo Adén, O. P., recorrió el litoral y el Océano Indico por espacio de veinte meses antes de ser arzobispo de Sultanieh (52). Odorico de Porde– non•e y Juan de Marignolli se detuvieron también en la ludia en su paso ha– cia Catay. Las noticias más interesantes sobre la evangelización se ias debemos al dominico fray Jordán Catalani de Severac, que fué compañero de cuatro fran– ciscanos: Tomás de Toi•entino, Jaime de Padua, Pedro de Sena y Demetrio, armenio. Mientras estos hijos de San Francisco esperaban en Tana, en la isla de Salzete, cerca de Bombay, poder continuar su viaje para Catay, fueron horriblement'e martirizados por los sarracenos. Jordán escribió una relación de su martirio dirigida a los franciscanos y dominícos de Tebris, a fin de que enviasen copia a sus respectivos superiores de Occidente (53). Jordán Cata– iani continuó evangelizando y obtuvo muchas conversion'es, pero los musul– manes, apoyados por las autoridades del país, para impedir su apostolado le metieron en la cárcel, de la cual logró escaparse y marchar a Roma para in– formar a la Santa Sede. El Papa Juan XXII, en 1329, creó •el obispado de (4!)) (3(1) Hl28. (51) (;,2) (5:l) 'Cf. Sinira fra111'iscana, •tomo I, l)Úg, LX.VIII. ('f. M. l'OLO, Il Milio11e, ed. L. P. BENEDETTO, púg~. 181-182, PlorPucia, Cf. Sinica franc., tomo I, púgs. 345-346. Cf. i:-\OJ!ANZO, o. c., pág. 558, Cf. Gou:BOVICII, Biblioteca bio-biblografica, tomo II, púgs. G8-71.

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