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PROBLH!AS !\IISIONALES 375 sultán de Egipto la custodia de los Santos Luoares y luego construyeron con– ventos en •el Santo Sepulcro, en el Cenáculo y en Belén. Poco a poco fueron edificando otras residencias por b Siria, Cilicia, Egipto, Chipre, etc. No po-' demos hacer la historia de las Misi'Cmes de Tierra Sant3, porque ocuparía va– rios volúmenes y ya existe una copiosa litera~ura ac'erca de este asunto. Po– demos condensar la labor apostólica de los menores rn siguientes puntos: 1 ) Procurar la unión con b Iglesia católica de los pueblos heterodoxos y cis– múticos del Ori'ente y conserv,:r en la fe católica a los maronitas; 2) Reducir a la fe a los infieles y apóstatas; 3) Redimir y librar a los esclavo~ y prisio– m:ros; 4) Recibir con ca·ridad y alimentar gratuitamente y defender a los pe– regrinos de Tierra Santa; 5) T en'er cuidado y prestar auxilio a los huérfanos, pobres, enfermos y necesitados; 6) Establecer centros de educación y de be– neficencia en las parroquias; 7) Custodiar y aun d•efend¡:>r con la propia sangre los Santos Lugares. El martirologio de los frailes menores de Tierra Santa es numerosísimo. Según una estadística de 1933 los mártires reconocidos en el siglo XIII fu\> rnn 51; en '21 siglo XIV, 31; en el si(Jlo xv, 26, e incluyendo los ele los siglos suhsigukntes llegan a 158. A los que se d'eben añadir 28 frailes que perecieron ahogados y 286 de epidemia, Sumando todos los que dieron la vida por dila– tm la fe católica y ddender y conservar los Santos Lugares llegan al número de 470. Los r'eligiosos franciscanos muertos en Tierra Santa desde 1640 a 1932 son: 1.447 sacerdotes, 1.066 hermanos le\]os; totd, 2.513 (261. Juntamente con los franciscanos trabajaron tambii:n con santa emulación los dominicos. Seaún no•; dice Henrion. "ya Santo Dumin\¡o había ',rncargado a Xurcin de Milán, con algunos compañeros, la evangelización de Palestina y Siria, y les habia ordenado fundar allí monasterios''. Xuré:n desempeña ad– mirablemente este encargo y regenera con lc1s aguas del bautismo a muchos infieles. Brochard, a quien Jord[m envía a Palestina con multitud dé'. •·ompa– ñeros, funda en Damasco. El mismo s'e establece en Nazaret, Belén y en otros luqares. A los pocos años tenían los dominicos dieciocho casas religiosas en Tierra Santa (27). Jordán de Sajonia, sucesor de Santo Domingo en el Generalato, fué per– nonalmente a Tierra Santa, dond•e hacía ya quince años se encontraban casas de la Orden; visitó y organizó aquella provincia y a su regreso pereció en un naufragio con dos socios• y 99 navegan.tes. A éste siguió el célebre cano– nista San Raimundo de Peñafort, qu'e también promovió con celo las Misiones de Oriente (28). El ideal de los mlsioneros escogidos para Tierra Santa era principalmente anunciar a Cristo y sufrir el martirio. Así uno de los principa– les predicadores y apologistas de aqu'el tiempo, Ricoldo de l'viontecroce {t 1320), visitando Palestina, dice: "in robllr et fírmamentum ad praedicandum (26) Cf. ('onspeetus Jlissionum Onl. FP. Jlinorum geographice, historice, cthno– ura11hicc et rcrlcsinsticc clcscriptus iussu 1'. Bonarnnturae Jlarrnni Jlin. Gen., pági- (27) Cf. lIDmrn::,,, llistoire eles .Jiissions..., púg. 10; ALT\XER, Die Dominikaner- 111issioncn des 1:l ,lahrlwnclerts, púgs. 19-41, IInlwlsl'lrwPrdt, 1!!24. (2S) Cf. IlEmBUCIIER, Die Orden mul Konuregationen tler Kath. Kirche, tomo I, púg, -185.

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