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PROBLEMAS MISIONALES 371 San Pedro Nolasco, el 10 de agosto de 1218, fundó la Orden de la Mer– ced, que, como la de la Santísima Trinidad, debía dedicarse con voto especial a la r•edención de cautivos. A la fundación ayudaron Jaime I el Conquistador y San Raimundo de Peñafort. La Orden redentora se propagó rilpidamente y desde el 26 de julio de 1690 fué inscrita entre las Ordenes mendicantes. Hasta •el 1304 había perdido ya 25 religiosos en el ejercicio de su apostolado. Algunos de ellos duraban mucho tiempo en la cárcel, como San Raimundo Nonato, a quien perforaron los labios y sufrió indecibles tormentos durante ocho meses; Pedro Bosfet, diez años, y Pedro Company, dieciséis. El número d-e los cautivos redimidos, según Maire, asciende' a 500.000 (4). En el siglo xm Europa conoció una sociedad de anacoretas que provenían del Monte Carme!o. Durante el siglo XII corría la opinión que descendían de los eremitas que en ti'cmpo del profeta Elias habitaban en el sagrado Monte. Pero los carmelitas deben su origen histórico al cruzado Bertoldo de Calabria, que en 1156 edificó un monasterio para esta nueva familia religiosa, y al patriarca Alberto <l',~ Jerusalén, que la organizó bajo una, regla, la cual fué aprobada por Honorio III en 1226. Vinieron desp:1és otras Constituciones que consolidaron la austera Orden del Carmelo. En 1245 Inocencio IV la incluyó entre las Ordenes mendicantes. A causa de las pers'ecuciones nmsul– manas los religiosos dejaban en masa el Oriente y afluían al Occidente (5). En aquella época los carmelitas se dedicaban más a la vida cont'emplativa que :1 la activa. Annque no faltan algunos ejemplos de apostolado, sin embargo, sus principales glorias misioneras vienen en los siglos posteriores a la :Reforma carmelitana. En el 1243 Inoc'encio IV intentó unir las diversas Congregaciones llamadas agustinianas. y Alejandro IV, en 1256, completó b obra verificando la unión general bé>.jo el título de Orden de los eremitas de San Agustín. Hacia m<:'.dia– dos del siglo XVI San Pío V los clasificó entre h,s Orden'es mendicantes. Después de la unión la Orden siguió la orientación de la vida mixta. Los agustinos se consagraron a la vida apostólica y a la cultura eclesiústica. ;Jero en la actividad misionera propiamente dicha no se distinguieron hasb •d des– cubrimiento del Nuevo Mundo. Las dos Ordenes mendicantes que en aquella época mús briilaron en b ac– tividad misionera fu•eron las de San Francisco' y Santo Domingo, cuyos miem– bros se extendieron por todo el campo misional entonces conocido. San Francisco de Asís, vir catholicus ci totus apostolin1s, vino personal– mente a España con intención de pasar a l\farruecos y dar su vida por Jesu- . cristo, pero una gra,'e• enfermedad le obligó a regresar a Italia (6). l'v'Iás tarde envió a fray Vida! con cinco compañeros; pero, impedido aquél por la rnfer– medad, continuaron su viaje hacia Marrnecos Berardo, Otón, Acursio y Ad– yuto, los cuales sufrieron el martirio el 16 de enero de 1220, y s'e consideran (4) Cf. l\Io:: 1 1'.rALILtx, o. c., p,'tg. 22 ; :\I.1rnE, o. c., p,1g. 7:L (5) Cf. ::\IAIR!c, o. c., ¡iúg. 1:n. (G) TnoMAS DE CEL\:\'o, rita et Jliraculri S. Fra11eisci clssissie11sis. ed. F. E-. ALEX– COXEXSIS, O. I•'. :\f. ('_\P., ¡iúgs. GS-;39, Homa, l()Oü; Lrc_1s 1Y,rn1:-;u, O. ],', ::.\I., _-l1lllal. Mi11., tomo I, ann. 1214, ¡1úg. 220, Quarncchi, 1n:n.
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