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PROBLEMAS MISIO'.'i'\LEo 367 Conclusión.-De las relaciones de los legados pontificios y de los m1s10- nuos franciscanos y dominicos d'e la segunda mitad del siglo xm y >primera del XIV, y de las publicaciones de Rühricht, de Heyd, de Golubovich, de Yule, de Cordier; de lo:; trabajos de Altaner, Lemmens, Van den Wyngaert, d-., l'viule, Pelliot y otros investigadores de la Historia y Geografía medievales, aparec'e la gran actividad religiosa, cultural y política del Occidente en Asia. En este dinamismo tomaron gran parte los Papas de aquella gloriosa época de las Misiones. Con larga visual y penetrante ingenio se dieron cuenta del momento histórico de la def'ensa pacífica de la cristiandad y de la propaga– ción de la fe entre aquellas inmensas multitudes del continente asiútico. Como Jesucristo envió a los apóstoles, así !os Sumos Pontífices, sentadus sobre la roca ci'e la Sede Apostólica, para dispensar fide/1ter ac prudentcr las riquezas de la gracia, siempre que se ofrece la oportunidacl (35), mandan nuevos após– toles a las gentes, porque a la hora undécima (36) parece vislumbrarse la aurora de redención y de paz. Para compr'ender en toda su amplitud y poder apreciar en su justo valor la obra diplomática y misionera de los Papas que se ocupa-ron en las l·egacio– nes y en las Misiones entre musulmanes, monoles y chinos es necesario ~ener pres'ente el ambiente complejo en que vivieron y ];is ingentes dificultades con las cuales tropezaron. De la multiplicidad de los documento~ pontificios :óe desprenden el interés y la s•.)licitud de los Supremos Pastores en defender las propias ovejas y atraer las que vivían fuera del redil. Desde la Sede de Pedro contemplaban, como desde una elevada atalaya, aqudlas fluctuantes olas de pueblos africanos y ¡,s•úticcs privados de la fe cristiana, y sentían la respon– sabilidad del mandato divino: Euntcs docctc omnes gentes ... Supieron apreciar el momento histórico, adaptarse a las circunstancias y servirse de los medios entonces disponibles, y principalment'e de las dos nue– vas Ordenes religiosas, dominica y franciscana, q11e les ofrecían con su juven– tud briosa, con sus seráficos ardores y ardientes ansia,; de martirio, un exce– lente y poderoso medio de acción apostólica. Estas dos Ordenes, como dos ejércitos bien compactos y disciplinados, pero distintos y con propic1s caracte– rísticas, marchaban, bajo la dirección de los Pontífices y resp'ectivos superio– res, a la conquista pacífica del mundo entero para Cristo. BIBLIOGRAFIA ALTANER, B., O. P., Die Dominikanermissioncn des 13 Jahrhundcrts, Habeschwerdt, 1924. C1VEZZA, M., O. F. i\l., St,,ria uniucrsalc de/le ,Vlissioni Francescane, vol. I-IV, Roma, 1857-18ó0. (:l:í) AlPjandro IY. Pll la lmla <'um /,ora wulcci,11a, 1!l (!P abril (k 1:2:íS, en Sll.\I!ALE,1, Bullarium Franc., Yol. I. vúgs. 2S:í-:.lSü. núm. ,ns, (:Hi) .\sí comiP11za11 mnl·lias lml,rn dP los l'apas, <·umHlo PIIYiaban rt•ligiosos a las :llisionPs: Cn•gorio IX, hnla (kl 11 dP junio d<' 12:l,\J, <'11 Sn.lILILE.1, ll11llari11m Franc., Yo!. I. J)Úg. :.!HD, núm. 29G; lnocPn<·io IV, bula dd 21 ó 22 de marzo d,, 1245. <'ll SBARALKI, o. c., rnl. I, púgs. :lGO-:l(íl, núm. SO; AlPjandro IV, bnla dPl rn dP abril de 12G8. l'll SBAHALEA, o. c., Yol. II. púgs. 285-28(;; NiC'olús IV, bnla del 1:l de agcmto de 1291, en SBARLAEA, o. c., ni!. IV, púgs. 278-280, núm. 52G.

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