BCCCAP00000000000000000000392
PROBLEMAS M!SIONALES 363 y 4ue era un r'eligioso muy do,:to. Eje-rcitó el apostolado algunos años en Ar– menia y en Persia, y Haitón II, rey de Armenia, en 1289, le envió como le– gado al Sumo Pontífic 1 e, a quien informó de bs cosas de Oriente. Hizo una ampiia y s'erena relación de las condiciones de la cristiandad en Asia al Pon– tífice minorita Nicolás IV. El Papa. conociendo las excelentes cualidades de J\Iontecorvino, le nombró legado pontificio en la corte de Khanbaliq, le entrt>– gó cartas para los patriarcas jacobitas y georgianos, para los reyes de Geor– gia, Persia y otras reqiones; en una palabra, par,! todos los príncipes de los territorios ¡:or los cuales había de pasar hasta lleg.:ir al Gran Khan. Partiendo de Rieti, donde se en".ontraba entonc'es el Papa, pasó por Ancona. Antioquía, Armenia y Tauris. Aquí permaneció alg1in tiempo dedicado al apostolado. En 1291 ckjó esta ciudad, y acompañadn de Nicolás de Pictova, O. P., y del mercader Lucalonga, se dirigió a Ormuz y n~gó a Qni!ón, donde bautizó a unas cien personas: fué luego a Coromandel y visitó la iglesia de Santo To– más, y allí perdió a su compañero Nicolás de Pistoya, que fué sepultado en dicha iglesia. Continuando por vía marítima, pudo llegar a Khanbaliq, corte del Gran Khan, •~n l 2Sl4. Kubilai había ya muerto y le había sucedido en el trono Timur, menos fa– vornble al cristianismo que el :mterior; fué recibido, sin embargo, honorífica– mente. Logró fundar su residencia cerca del palacio imperial, predicó la fe católica, fundó iglesias, formó una especie de colegio c-on cuarenta jóvenes, a quienes ens'eñaha la doctrina, !a lengua latina, el canto sagrado y las cere– monias eclesiásticas. El emperador gustaba mucho de presenciar los cultos y oír el canto. Tradujo a !a lengua del país la mi~'l. el S·ilterio, el Nuevo Tes– tamento; mandó hac'er sds pinturas referentes a episodios bhlicos; en una palabra, trabajó incansable entre tártaros, alanos, ~1rmenios y turcos, obte– niendo, admirables resultados. Entre los millares de convertidos se cuenta tam– bifn el príncipe Tenduc, nestoriano, qui'en tenía mucha veneración por fray Juan y le solía servir la misa. Los nestorianos le calumniaron, pero supo defenderse, y el emperador re– conocié su inocencia y la malicia de los émulos, los cua!'2s fueron desterrados. Durante doce años estuvo solo. como él mismc dice. sin tener sacerdote G:1- tólico con quien conf•esarse. "Ego vero solus in hac peregrinatione fui sine confession'-2 annis duodecim. donec venit ad me frater )\rr:o]dus Alamannus de provincia Coloniae" (26). Después de doce años que Montccorvino había salido de Europa llegaron, por medio de Tomás de Tolentino, O. F. IvI., dos cartas al Sumo Pontífice Clemente V (1295-1314), primero 'en Aviñón, una del 8 de enero de 1305, y otra del 13 de febrero de 1306, fechadas en Khanbaliq. El acontecimiento cansó gran conmoción en toda la cristiandad. Cuenta Soran::o que el Papa guiso recibir en Consistorio a la pr'esencia de los cardenales, que entonces estaban con él en Poitiers, al fraile portador de bs cartas de Montecorvino, par2 escuchar las gestas de la fe (magnalia Dei). Fray Tomás de Tolentino expuso en un digno discurso cuanto sabía de las l•ejanas J\,Iisiones de Oriente (ista Dei nostri admiranda opera) (27). El Papa comprendió la importancia (:2(i) ('f, 1YY:\"GAERT, O. C,, p:Íg. :l..\7. (~7) ( 'f. :-;ouAXZO, o. e,, ¡,úg. fíOll.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz