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360 P. PÍO DE MOKDREG.>NES yuntura para informarse; ésta se presentó en el fraile menor Guillermo d•e Rubruc, el cual se disponía a marchar a evangelizar a los tártaros, no como legado oficial. sino como simple misionero franciscano, según la opm1on más probable de los autor'es y como se desprende de, su misma ·relación del viaje (19). Los monumentos históricos de la Edad l'viedia nos dicen poco de la vida de fray Guillermo, antes y después de su ingreso en la Orden minorítica. Co– nocemos mejor las cosas que 1~ acontecieron del 1253 al 1255, por la relación que escribió al regreso de su viaje al país de los tártaros. Nació fray Guillermo en Rubruc, pueblo del condado de Plandes, y, antes de su viaje a Üri'ente, parece que vivió en París. El año 1248 marchó ,:cm San Luis IX a Tierra Santa e ingresó en aquella provincia franciscana, per– mane:::iendo en Accon hasta el año 1253, en que emprendió su viaje a los t[irtaro3. Habiendo recibido cartas d'e recomendación de San Luis, pero no creden– ciales diplomúticas, acompañado de fray Bartolomé de Cremona, franciscano, y de un clérigo por nombre Go:oset. partió, en el mes de marzo de 1253, de Siria a Constantinopla, donde predicó el Domingo de Ramos, 13 de abril; de aquí, el 7 de mayo, zarpó, por el mar Negro, y lles¡ó el 21 a Sndak, gran em– porio del comercio de los c;.izaros. Hechas las necesarias provisiones, empren– dieron el viaje a caballo y se 'dirigieron a Karson, y, después de tres días de marcha, se encontraron con los prim'eros tártaros. Les pareció entrar en un mundo nuevo, desconocido y lleno de dificultades. El 31 de julio llegaron él la residencia de Sartak, una v,~rdadera corte real; allí se enteraron de que no era verdadero el rumor que/ corría de conversión al cristianismo de est'c gene– ral, el cual les envió a su padre Batu, para impetrar el permiso de permaneC'er en aquellas regiones. A su vez, Batu les dirigió a la curia imperial del Gran Khan Mangu, donde llegaron el 27 de diciembre de 1253, después de muchos sufrimientos, como dice el mismo Rubruc: "De fame et siti et frignre et fati– gation'e non est numerus" (20). Admitidos a la presencia del Gran Khan y entregadas las recom'enclacio– nes de San Luis, Rubruc manifestó que el fin de su misié:11 era enseñar a los hombres a vivir según la voluntad de Dios. "Por esto h'emos venido a estas tierras y estamos dispuestos a permanecer, si vos lo permitís, especialmente porque tenéi5 hornbre5 de nu'estra lengua, los cuales tienen necesidad de sacer– dotes que les instrnyan" (21). Permanecieron varios meses ejerciendo su apostolado entre los paganos y muchos cristianos húngaros, alanos, rusos, georgianos y armenios qu'e habían sido hechos prisioneros. Por más in,;tancias que hicieron no pudieron permanecer en Karakorurn, y, a principios del mes de julio de J 254, tuvieron que emprender el viaje de regreso a Europa, recibiendo cartas para San Luis del Gran Khan, el cual se expresaba en un lenguaj'e soberbio, como si él solo fuese el señor del mun– do. Creyendo que San Luis estaría todavía en Siria, allí se dirigieron, pasando por Georgia, Armenia, Antíoquía y Trípoli de Siria, donde Rubruc tomó parte (lll) ('f. "\YY:XUAERT, o. r., p{igs. 153-158. (20) Cf. "\YY:'i"GAERT, o. <'., p{1¡;. 221. (21) Cf. "\Y, :\(i 1I:1tT, o. c., ¡,:1g,. J:i:l-138.
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