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PROBLEMAS MISIONALES 355 d-:scripción, en los mapas publicados hasta el XVIII, se aplirnba a las inmensas regiones del Centro y del Norte del continente asiático. En 1162 nació Temudjin, hombr'e valeroso e intrépido, el cual, reuniendo muchas. tribus nómadas de mogoles, y extendiendo sus conquistas por varias reg10nes de Asia central y de la China, logró fundar el primer im9erio mogó– lico. En 1206 se impuso a sí mismo el nombre de Gengis Khan (emp·erador inflexible), y fijó el centro de su imperio en Karakorum. T emudjin murió en 1227, y su inmenso imperio fué dividido después en cuatro reinos: 1) Rei– no del Gran Khan, con capital, primero, en la ciudad mogólica de Karakorum y, después, en Khanbaliq, que se extendió enormemenk, fregando a compren– der la China moderna desde el lago Baikal a Zaitung. desde Corea hasta las fuent'es del Yang-tse-kiang. 2) Reino del Centro o Turkestán, con la capital Armalech, que se extendía al Oeste del lago Ara!. 3) El reino de Kiptschak, con la capital en Sarai, que, atravesando la parte meridional' de Rusia y Polo– nia, llegaba hasta el Báltico. 4) Finalm•ente, el reino de Persia, con la capital Bagdad, que: incluía también parte <lel Asia Menor (5). Las hordas tartáricas del hijo y sucesor de Gengis Khan, Ogodai, invadie– ron Europa, ocuparon Rusia, Hungría y Polonia. vencieron a las tropas del duque Enrique de Silesia en L•eignitz (1241), atravesaron los Cárpatos, acam– paron en Austria y llegaron a la región friulana y a las ciudades marítimas de Dalmacia. No se debe conceder ninguna paz a los pueblos hasta que sean destruidos, 'era su idea mítica, que había de realizarse en breve tiempo (6). Europa entera estaba aterrorizada ante las noticias que llegc,ban acerca de las crueldades cometidas por los mogoles. De ellos escribe una crónica contemporán'ea: "Omnia vastantes, nulli hominum parcentes, senes et iuvenes, divitcs et p:rnperes, mulieres cum parvulis interficientes, matronarum et vir– ginum pudicitia incredibiliter nocentes, commessationibus, luxuriis, immundi– ciis ínter templa Deo sacrata vac:mtes, villas et ecclesias, oppida et coenobia pares in destruendo habentes"' (7). Mateo de París les llama "ph+s Satanac detestanda Tartarorum scilicet exercitus infinitas, a regione sua montibus cir– cumvallata prorupit, et saxorum immeabilium soliditate penetrata, 'cxeuntes ad instar daemonum solutorum a Tartaro, ut bene Tartari quasi tartarei, nuncu– pantur, scatebant ... " (8). Semejantes expresiones de terror y exterminio se en– cuentran en otros escritores contemporáneos. A Roma, a la corte imperial, a todos los príncipes de alguna importancia, llegaban de las tierras invadidas o amenazadas urgentes y conmovedoras in– vocaciones de auxilio (9). El Papa Gregorio IX (1227-1241), enterado de lns tristes condiciones en que se encontraban los países invadidos, encargó en 1241 a los religiosos cis– tercienses, dominicos y franciscanos predicar una Cruzada contra los mogoles, (5) Para la G<•ografía ¡nw<lf' consultarse ,J. 'l'IL\FREX, Atlas der Ge,,.7,icltte des kath. Jliss. Blatt, 5, l\Iii<lling \Jei WiPn, W:l3. (G), :MEsixA, S. J., IJi1111icro unfrersale e i Jlonuoli, en La Cfr·i/tú Cattolica, 19,1:;, Yol. I. págs. 2:·!-~~2, 105-115. (7) C'f. Gesta Treceronun l\I. G. II. SS, XXIV. 40:l-404. (S) Cf. ('hrunica Jfoiom sub anno 1240, I·Jd. II. R Luanl, pn Uen1111 f!ritr111ica– r11111 ,11erlii aecii scriptores, Yo!. IV, púg. 7H, LondrPs, 1S77. (fl) t'f. SonAxzo, ll Pa1wto, l'Buropa cristiana e i Tartarí, vúg, 50. l\Iilún, 10:lO.