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PROBLEMAS MIS!ON/\LES 321 prudencia y vigilancia en este punto. Evitar los peligros y las consecuencias que puede causar el laicato en perjuicio de la jerarquía, y def'ender con ener– gía las normas de derecho y los privilegios de que goza la Iglesia como socie– dad sobrenatural y sup'erior al Estado civil. La Acción Católica debe servir como instrumento y auxiliar a la jerarquía de la Iglesia para su edificación, no para su destrucción; para su utilidad, no para imp•edimento; no para desunión, sino para unión de fuerzas. b) Por defecto.-Del exceso de injerencia de los legos en la jerarquía se puede pasar al defecto de acción o de intervención. La Iglesia es un Cuerpo Iviístico según la doctrina paulina. Entre los miembros de un cuerpo superio– r'es e infe'liores debe existir la armonía, la acción para el bien común. Todos los miembros. todas las partes colaboran para el bien del todo. Si los órganos inferiores no obran y son puramente pasiPCJls puede venir la parálisis o la atrofi&. Cada cual en su puesto trabaje y cumpla con su misión. La Acción Católica.--Un buen hijo ama a su padre y desea que los demás le amen y honren. Un buen cristiano, hijo de Dios, debe esforzarse por amarle y procurar que los demús hombres le amen y glorifiquen. Dios nos creó a todos para la felicidad y nos redimió a todos de la culpa. Quiere que todos tenga– mos vida sobrenatural y nos salvemos. Dios instituyó •d matrimonio para comunicar la vida natural y creó el apostolado para comunicar la vida sobrenatural. Quiere que los hombres se salven mediante los otros hombres. Jesús mandór amar al prójimo como a nos– otros mismos, y no le ama quien no se cuida de su cuerpo y de su alma. Es inútil el que viV'e sólo para si mismo. Tenemos que tener cuidado de nuestro prójimo ( Ecli., XVII, 12). Ser en •este mundo los buenos samaritanos que pres– tan sus servicios a lm¡ heridos e infelices (Luc., X, 30-37). No amar sólo con palabras, sino también con obras. Es, por tanto, necesario el apostolado de la acción. En nuestros días s'e recomienda por las legítimas autoridades eclesiásticas una acción especial, reconocida y organiz3da por la Iglesia, destinada a pro– ducir opimos frutos en el individuo, en la familia y en la sociedad. La Acción Católica es un apostolado organizado y universal de los segla– res que colaboran a la misión apostólica de la jerarquía para la 'extensión del reino de Dios. Es como un ejército de seglares bien organízado y dependiente de la jerar– quía eclesiástica, qu'e combate por la victoria de Dios. Para que venga la paz de Cristo en el reino de Cristo. Se distingue de otras Asociaciones de apostolado por la especial y directa colaboración al apostolado jerárquico. Los seglares prestan su colaboración y su concurso al dero para la salvación da las almas. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, que debe vivir, crecer, desarrollarse. En el cuerpo humano hay miembros superiores e inferiores. Todos y cada uno deben cooperar a la vida d'el cuerpo y a su bienest::ir. Así todos los miembros de este Cuerpo Mís– tico, que es la Iglesia, deben. cooperar para el bien de la misma, cada uno como puede y según sus funciones particulares. Clero y seglares, superiores 'e inferiores, debemos trabajar para que en el Cuerpo :Místico de Cristo todos y cada uno de los miembros vivan sobrenaturalmente. 21

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