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PROBLEMAS MISIONALES 319 Estos obligarán a 1 los clérigos si están aprobados por las legítimas ziutoridades eclesiásticas; por ejemplo, en las intervenciones como asistentes eclesiásticos. La obligación provien•e en estos casos de las legítimas y competentes ;¡utori– dades eclesiásticas. b) En _el campo judicial.--La intervención en l,1 administración de la jus– ticia administrativa, en la aplirnción y ob,;ervancia de las leyes eclesiásticas y civiles con el ~jemplo y con la acción. c) En el campo coercitiuo y pena1.--Ayudando a la Iglesia, cuando sea necesario, para defender sus derechos y cas.:igar a los enemigos culpables que no t'emen las penas eclesiásticas y sólo con la acción coactiva de las sancio– nes penales·, materiales y coercitivas se mueven a conservar o a reparar d orden violado ... d) En el campo político.-La Acción Católica no tiene una finalidad po– lítica, pero sí, de6'e defender los sanos principios del orden social. No dejar el campo político a los enemigos de la Iglesia y del orden. Procurar que suban a las altas esferas sociales hombres capaces, y responsables. A las Cámaras legislativas, hombr'es de responsabilidad en armonía con los principios éticos y cristianos, particularmente en países oficialmente católicos ... e) En el campo profesional y cuftural.---De la enseñanza, del arte, de ]a cultura, en las ciencias profanas y sagradas ... f) En el campo econ6mico-social.-En las empresas nacionales o particu– lares, en las industrias y en el trabajo; en el sindicalismo católico y libre; en las cuestiones proletarias, en los salarios justos, en el bienestar social y eco– nómico. La Iglesia interviene en todos los campos, porque procura el bien completo y universal del hombre naturalmente social. Lo mismo el laicado, en cuanto participa analógicamente de la autoridad de la Iglesia, puede y deb::'. coop'erar¡ a la perfección y bienestar del hombre privada y socialmemnte, al bien común de todos y al bien particular y familiar de cada uno .. Dependiendo de la jerarquía y subordinado a dla, el laicado debe seguir las directrices de la Iglesia y 'ejercitar el apostolado conveniente en todos los campos a los cuales puede tener acceso. g) En el campo misional.--El misionero propiamente tal es el sacerdote. Pero el sacerdote no puede hacerlo todo. Necesita auJ..iliares para cumplir su misión. Los sacerdotes misioneros necesitan bautizadores, catequist..is, maes– tros, profesores, médicos y enfc'rmeras o doctoras, obras asistenciales y ,;,:: beneficencia. A todas esas y otras muchas obras deben cooperar los laicos, colaborar para implantar el reino de Dios, que nece5ita también de esos me– dios materiales y culturales,... Hoy se hd dcsp'ertado gran entusiasmo por d misionerismo seglar. En la vanguardia o en prime·ra línea hay buen número de operarios seglares o laicos, óptimos colaboradores de los misioneros sacerdotes. No sólo en la vanguardia, sino también en la retaguardia, en !a ti'erra ca~ t<'ilica donde ya está plantada la Iglesia, los seglares pueder. y deben cooperar con la oración, el concurso personal y con la acción a la obra maravillosa de las Misiones. La participación analógica d'el seglar al apostolado se extiende al interior y al exterior; a la nación y fuera de ella; a las Misiones populares y extranjeras; a las tierras llamadas de Misión como a las llamadas católicas.
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