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PROBLEMAS M!S!Ui\ALES 277 ingleses y un millón y medio de boers, en los cuales subsist'en todavía las ani– mosidades de las luchas de otros tiempos, forman un frente común de domi– nación (32). También en Uganda, Madagascar y otros puntos se manifiestan movi– mientos que d'emuestran la impaciencia de las masas indígenas por la inde– pendencia o emancipación de los dominadores extranjeros. Se aumenta este movimiento a veces por los adheridos a las doctrinas de Moscú, que p'escan en río revuelto. También en Argelia pululan movimientos nacionalistas. Y a durante la pri– mera guerra mundial se despertó un sentimi'ento político, que se fué intensifi– cando poco a poco. Ahora cuatro partidos principales guían la población ha– cia la autonomía, mas se disputan los votos po-r la diversidad de programas. Se levanta la nueva patria africana que quiere sacudir d monopolio fran– cés (33). El nacionalismo africano crece cada día. Como 'en tiempo de l'vfonroc se decía: "América para lo'.J' americano:::", más tarde se dijo: "Asia para los asi~'í– ticos", así ahora se grita: "Africa para los afrirnnos". ¿Ha llegado su hora? Inglaterra, Francia, Bélgica y Portugal, que prácticamente dirigen la suerte de una gran parte de las poblaciones n'egras, están preocupadas visiblemente por este fenómeno que se agita en un momento delicado para la Europa occi– dental (34). lndia.--En 1947, de la extensísima península india se formaron dos gran– des Estados: •el Pakistán para los musulmanes y la Unión India para ios hindúes. Para algunos sólo estas dos religiones debieran existir en los territo– rios -respectivos. Pandit Nehru, por lo menos oficialmente, siguiendo la doc– trina de Gandhi, defrende que la República India no debe transformarse en un Estado religioso. La India es patria común de todos los ciudadanos :·in distinción de religión, de lengua, de raza, de casta; en una palabra, de comu– nidad. En ella todos los ciudadanos tienen los ,mismos derechos y los mismos deb•eres. En este sentido fué redactada también la Constitución del 26 de enero de 1950. En mayo de 1954 la Asociación india político-religiosa Mahasabha. en su Congreso Nacional, se ha declarado contra los misioneros extranjeros, dicien– do que son un peligro para la seguridad e integridad d'e la, patria. El autor de la moción presentada al Congreso declara que los misioneros cristianos no debían tener el permiso para abrir iglesias en los pueblos y d•e usar medios para las conversiones. En abril de 1953 el ministro dd Interior, doctor K. M. Kadju, lanzó la idea de una Iglesia india que· no dep'enda más de víncu– los e influjos extranjeros. Le respondió clara y fuertemente S. R. Tomás Pathachamury, arzobispo, de Bangalore (35). (:l:.!) C'f. r'lero e J[issio11i, n. G, 110\°ipmhre-dieim1bre M lffi:l, ¡iúg. 42S. (:l:l) ('f. Y. CAJWILLO, S. J., RuroJ)(L e Islam in Algerin. J11c(J11fro di ra::::::e 111c– ditcrra"' e, rn Ge11tcs, junio dP rn;-;:i, púgs. 541 y sigs. (:H) Cf. Y. CARDILLO, S. J., Dopo /!Lisia i• il turno dell'Afriea, Pll Clentcs, p:1- ginn'. 750, f Pbrero de l!J;i4. (:li'í) Cf. <'Tero e Jlissioni, n. 1, rn5:l, púg. 5(j; ef. Y.\LEHI.\XO, C'ardPnal (11:ACL\~, Ilfndin e la Chiesa, !'11 ('/ero e Jiissioni, lfl;i5, n. 2, ¡iúgs. S7-SS: <JnrnLA~lO l)'Soi-– Z.\, 1-\• .T•• ll Uorcrno J11dia110 e i Jlissionari, iliid. púgs. SH-,n2; Il I'cnsiero di Xchru, iufrl. púgs. D:!-1.l4.
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