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PROBLEMAS MISIONALES 273 chos entre el hombre y la mujer: predica una libertad más amplia; quiere se– parar la religión coránica de la política; admite sincretismos religiosos y el'e– mentos extraños al Islam (20). Otra tendencia rígidamente conservadora, que quiere mantener pura la tradición y resist'e a ciertas innovaciones modernas. Esta tendencia es patrocinada por el partido llamado Fraternidad Musulmana. Las últimas perturbaciones políticas del Egipto son debidas especialmente; a la Unión de lqs Hermanos Musulmanes, que se oponen a las reformas iniciadas, primero por Naguib y luego por Nasser, que ftté objeto de un atent;1do por parte de aquéllos. Los Estados musulmanes comprenden que en la elimin¡,ción de las disen– siones político-r•eligiosas está la fuerza del mundo islámico y proctl'ran con– servar la tradición, unirse estrechamente y formar la Liga Panislámica. No existe la paz verdadera en los países úrabes. El barniz éxterior del bloque unitario árabe 'esconde rivalidades y competiciones agresivas (21). La variedad de opiniones impide realizar una federación eficaz y de grandes pro– porciones. Los musulmanes son monoteístas y adoran al verdadero Dios, honran a Jesucristo como un gran Profeta; venerad a la Virgen María, su Madre, en– tre todas las mujeres; admiten otras muchas verdades reveladas que les apro– ximan más al catolicismo que a las corrientes materialistas y ateas modernas. Por esto, •entre los hombres doctos y de cultura elevada se nota una aproxi– mación hacia la Iglesia católica que no existía en los tiempos pasados. Los mahometanos progresistas han violado la clausura en la que han vivido tantos años encerrados y han uustado también algunos de los frutos del cristianismo. Por esto. algunos se preguntan: ¿No podría ser que ésta fu'ese una vía provi– dencial para conducirles a conocer la bondad del mismo á•rbol? (22). Creemos. que esa aproximación no proceda de un sincero deseo d•e conver– sión a la fe católica, sino que sea más bien una aproximación para una defensa común contra las corrientes comunistas, que se 'extienden cada día más, con peligro de que penetren también en los países musulmanes (23). Sin negar la posibilidad de la aproximación, nos parece todavía muy pro– blemática. Cre'emos muy lejano el día en que el mundo musulmán abra sus puertas al catolicismo y facilite las conversiones a la fe romana. Los padres blancos, que trabajan en Africa con infatigable celo, confirman esta verdad. Ellos ejercen más bien un apostolado indirecto, pr'eparando a los espíritus, quitando prejuicios, aproximando los contactos, ejercitando la caridad, las obras de beneficencia y de educaci6n; preparando lentamente y con mucha fatiga •el terreno inculto y pedregoso hasta que llegue la hora de Dios. Los países casi totalm•ente musulmanes tienen aproximadamente unos 198 millones de habitantes, entre los cuales se encuentra dispersa, en 17 Estados, (20) ::\foHAFJ,,LI, o. C., pág. 21!). (21) Cf. Gentes, púg. 72:l y sigs., pnpro de 1!)34. (22) ('f. E-. Pr~LLEGRINO, 8. J., lJislam in cerca di Dio, en Gentes, mayo de 1954, págs. 8G;-i-870. (2:{) ('f. A. PERIL\L, O. l\I. I., DC's tentatii:es de ra¡¡procliemcmt entre le monde de l'Islam et la Chrétienté, Pn F/tudia JlissionaUa, ed. a l<'aC'ult. l\Iiss. in Pont. T'niYPr– sitate GrPgoriana, yo]. VII, púgs. 271-296, Roma. rn;,;:i; .T. Houm::-,, 8 .•T., Cri~tianc– simo e Islam: E 11os8ibile 1tn incontro?, en Gentes, diciembre de 1949, púgs. 20i9-273.

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