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PROBLEMAS MIS!Uc,ALES 271 La China es un ejemplo de una minoría activa y bien formada. Est•e ex– tensísimo país de 467 millon'es de habitantes está totalmrnte dominado por 50 millones de rojos, de los cuales 20 millones figuran en 'el ejército, otros tantos en policía secreta y 10 millones en la administración estatal. En Yugos– lavia los verdaderos comunistas no son más que 150.000. El comunismo con– trola 784 millones de hombres, o sea 'el 32 por 100 de la humanidad; M mi– llones de católicos están perseguidos por la fe. De más de 2.'140 millones d.:: habitantes, 1.656 millones están al se-rvicio de lVIoscú. PAÍSES BAJO EL YUGO COMUNISTA. Población Católicos --·---- Rusia ... ... ... ... 203.000.000 6.000.000 China ... ... ... ... ... 467.000.000 4.000.000 Polonia ... ... ... . .. ... 27.000.000 23.204.000 Alemania orientaL .. ... 17.000.000 5.500.000 Rumania ... ... ... ... 16.410.0üO 3.000.000 Yuuoslavi2... ... ... . .. . .. 16.300.900 6.300.000 Checoslovaquia ... ... .... 12.500.000 9.000.000 Corea d<c>I Norte ... ... ... 8.000.000 20.000 Hunuriil... ... ... ... ... 9.207.000 7.018.000 Bulgaria... ... . .. ... ... 8.000.000 57.000 Albania ... ... ... 1.175.000 120.000 Mongolia ... ... ... ... 1.000.000 --------- 786.592.900 frí•.219.000 (10) Estas cifras s'e han aumentado mucho a h hora presente. La Iglesia en China va continuando su martirio y se puede considerar casi liquidada. Mao-Tse-Tung buscaba una Iglesiil nacional independiente. Pero los católi– cos chinos han resistido valerosamente. Es indecible lo que las Misiones ca– tólicas han sufrido por el comunismo en pérdida de personal. de bienes, de centros de cultura, de civilizilción y de catolicismo (11). En Asia, donde habita la mitad del género humano, el comunismo se apro– vecha del ambi'ente favorable. Después de dominar toda la China intenta pe– netrar también en Malasia, Birmania, Thailandia, Pakistán, India y Ceilán (12). El Vietman (Indochina) ha recibido un tremendo golpe con la última gue– rra. Sobre los frutos de un trabajo apostólico de tres siglos pesa la amenaza de una completa ruina. Las hordas comunistas <l'el Vietminh van ganando te– rreno y sembrando el pánico en la gente de orden. Masas de gentes empren– den el éxodo hacia las regiones m'eridionales, sin que los comunistas puedan contener la fuga. Como siempre, la persecución se ejerce principalmente con- (10) Cf. ILumu.:--;o 1:ot'FF.\IW, en ('/ero e .llissi(J11i, n. G, rn;:,;1, ¡,úg. 417. (11) Cf. E. l'ELLJ,;{¡¡¡¡::s;o, S . .T., I'ersecuzione nelln Gi,w Rossa, PU Gentes, a!Jril de l!l51, púgs. 787-81:l. (12) Cf. Y. C.\RDILLO, S. ,J., La rico/ta ne/ Jlerlio Orie11te, ('11 Ge11 tes. juuio de UJ52, púg. 17,\l y sigs.; .\. FHEITAG, S. V. D., Die Xeuc Jlissio11siira, púg. 4G y siguien– tes, StPyl, lü5:l.

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