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270 P. PÍO DE MO;-;DREG.l\,);ES rancia o malicia, culpable o inculpablemente, carecen de la v'erdadera y com– pleta revelación. No es nuestra intención tratar de todas esas falsas religiones o sectas. Por razón de la br•evedad de que disponemos, concrebremos nuestro trabajo sólo a tres adversarios formidables de actualidad, que impiden la extensión del catolicismo en los países de Misiones, a saber: el comunismo, el islamismo y el nacionalismo \8). EL COMUNISMO. El Pontífice Pío XI, 'en su Encíclica Dil'ini Rcdemptoris, de marzo de 1937, contra el comunismo, decía: "Estamos asistiendo, por primera vez en la His– toria, 3. una lucha fríamente calcaluda y cuidadosamente organizada del hom– bre contra todo lo que es divino. L,1 difusión tan rúpicla de las ideas comu– nistas, que se van infiltrando en todos los países, se explica con una propa– ganda verdaderamente diabólica, cual quizá el mundo jamás la ha contem– plado; propaganda dirigida por un solo centro y que se adapta habilísima– mente a las condiciones de los diversos países (9). La prop:iganda comunista se ha difundido también por los países d•e Mi– siones, despertando el odio a los misioneros extranjeros, que llevan, corno ellos dicen, el opio de la religión a los pueblos para más fácilmente dominarlos. El comunismo s'e muestra un adversario acérrimo del catolicismo en todos los países que sufren bajo su pesado yugo. Hay 784 millones de hombres que vi– ven detrás de la cortina de acero o de bambú, oprimidos por una minoría poderosamente organizada. Er.. Rusia, de los 203 millones d'e habitantes, 6.883.000 están inscritos en el partido. El potencial humano de la U. R. S. S. es inmenso, pues en solas sus fronteras cuenta con 37 millones de hombres d-el 1915-1944. Los Estados Unidos tienen sólo 33 millones. Los 67 millones de católicos. que están bajo el régimen rojo contemplan su religión hábilmente eliminada con 64 sedes episcopales vacantes y 1.111 sacerdotes matados o deportados. En Checoslovaquia, d•e 9.000 sacerdotes, 3.500 están en prisiones o conde– nados a, trabajos forzados, y lo mismo se diga de la mitad de unas 12 religio– sas. Unos 120 sacerdotes y 35 religiosas han muerto ya a consecuencia de los malos tratamientos. Seria muy larga la trágica lista. La China, donde florecían magníficamente las Misiones y qu'e había lle– gado a contar unos 144 obispados y 35 obispos indígenas, quedan casi total– mente destruídas. Durante el año 1952 se ha aumentado la expulsión de los misioneros extranjeros. Cuatro obispos y 244 saC'erdotes han muerto en !as cárceles, 14 obispos y 300 sacerdotes había todavía (1953); tres obispos están en residencia forzada; 1.100 misioneros y 43 obispos han sido expulsa– dos (1953). (8) El protesta11tis1110 PR tamlJií•n otro ,lP los e1wmigos actiYos y declarados de las :\IisionPs eat/,lieas, pero de (,! henws tra'tndo anteriormente. (.!)) Cf. A.. ,L 8., 1D37, tomo XXIX, ¡1{1g. 74.

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