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PROBLEMAS MISIONALES 13 2.ª Formación científico-misional de los alumnos por medio del curso misional, que ha de ser obligatorio para todos, adaptándolo a la Facultad de Teología. Durará tres años, por lo menos, siendo obligatoria la asistencia, el cuestionario, Id texto y el examen. 3." Establecer cátedras de Misionología en todos los Seminarios, Cole– gios de religiosos y Universidades Pontificias. 4." La creación de un Instituto Nacional de l\Hsiones que tenga por fin: a) La investigación ci'entifico-histórica; b) La formación superior de los mi– sionólogos, misioneros y profesorado de Misionología para los centros docen– tes eclesiástkos; e) La redacción de una Revista Nacional de Misiones, ór– gano del¡ mismo Instituto, de tendencias y características científicas en los di– versos ramos de la ciencia misional; d) Erección de un l'Vluseo Etnológico– m1s10nero; e) Debidamente autorizado, conferir grados y diplomas a los mi– sionólogos que, previo examen oral y escrito, lo merezcan (5). 1\iL\nos A LA OBRA. El Papa Benedicto XV, en la carta dirigida al cardenal Benlloch acerca de la erección del Seminario de Misiones extranjeras en Burgos, le decía las siguientes palabras: ''No es decoroso que España, cuyas pasadas glorias apos– tólicas fueron de tanto relieve, se olvide de sí misma y ceda la palma a nin– guna otrn nación". Esto es lo que: todo católico español debe r'epetir en obras y palabras, ahora que España misionera se levanta de su pretérita atonía y corre a ocupar el pu'esto que le corresponde en la gran Cruzada misional (6). Todos los que est2mos aquí reunidos, dominados por los mismos ideales, y los ausentes con el cuerpo, pero unidos por la misma fraternidad de sangre y de raza, por la nwncomuni<lad de sentimientos 'e ideales, debemos pnncr manos a la obra. La caridad de Cristo nos urge y nos llama a la conquista de su reino, a ocupar las avanzadas del ejército misional o misionólogo, a engrosar sus filas, manejar sus armas y celebrar sus victorias. Pero el fin no se consigue sin los medios. Para evang'dizar el mundo son necesarios apóstoles suficientes en número y excelentes en calidad. La Igle- (5) Estas últimas Ponplusimws se han de entcudnr según !ns lirnitacimws y Pxpli– r·iwiom·s arriba inclicaclus. ((i) 8T. :r. Nomm diee: "No <'S fúc-il r!'so!Yer quó naciún de la 1':•uropa catúlica fnó la qm' Pll ¡iasados ti,•rnpos se ]]p1/i la palma Pn el trabajo y rPsultado en Pl emnpo de las Misiorn•s: italianos, alemanPs, PspaflolPs, portuguPses, se disputaron con lHHPl'idos títulos la ¡n·imaeía. Pero, si se aharPa de una ojeada todo el úxito de la labor misionera, se ha clP n•c•ouoePr que eorrPS!)011Cle a los PspaflolPs unidos a los alPmanes Pl primer ¡mpsto, ¡nws ftwron Pilos los que eosPelrnron los mús copiosos y dnr:ulPros frutos. TTna gran vartc de Am{•1·icu y una part0 dP Oeeania· (I<'ilipiuas, Carolinas y :\Iarianas) la conyirtin·on juntos es¡rnñol<'s y al,•mauPs. I<'u{, prineipnlmPntP ,\ustria, y Pntre sus pro– vineias Bohemia, la que endú al nm•1·0 munclo tropas in,•ontables de misiouPros, lurnta lh•gar a ser alemanPs, sobre toclo austríaeos, la mitad de los jPSuÍ'tas misioneros de Am{•riea, Filipinas, l\Iarianas y Carolinas. 8úlo euando tun> lugar la sPvaral'iún política de Almn:rnia y España, y mús todaYin dPs¡m{·s de la Pxtineiún de la Comvaflíu de Jesús, prPYalPc·ieron los misi01wros italianos y frarn•psps" (c-f. Rerista. de la. B,r¡wsiciún misio– nal, núm. IX, púg. :lf-G).

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