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12 P. PÍO DE MONDREGA!\ES Respetando y elogiando la idea propuesta por tan autorizados señores me tomo, con su pernúso, la libertad de ampliarla añadi•rndo alguna cosa más. El Instituto Histórico-núsional sería muy bueno, pero poco; produciría resul– tados admirables, mas limitados. Su radio de acción debe extenderse más to– davía. A la sección histórico-misional debería añadirse: l.º Un curso d•e ampliación de estudios misionales, dado por eminentes misionólogos, el cual tendría triple fin: a) Ampliar los conocimientos misio– nológicos estudiados en las cátedras de los Seminarios y Colegios; b) Prepa– rar dignamente al profesorado especialista de Misionología que habría de ocu– par •en lo sucesivo las cátedras en los centros docentes eclesiásticos, con una cultura misional superior y orientaciones científicas bien definidas; e) Formar nuevos investigadores, en escala siempre ascendente de calidad y número, para que continuas'en la obra iniciada hasta completarla y llevarla a feliz té'.rmino. 2.º Previos los exámenes orales y escritos, y todas las pruebas de com– petencia necesarias, conceder grados y diplomas pontificios a los candidatos idóneos presentados por sus legítimos superiores deL clero secular o r'egular. 3.º Formar una selecta y bien surtida biblioteca misional en todos los idiomas cultos para el servicio de profesores, alumnos y mbionófilos. 4.º Erigir un l\foseo Etnológico-misional, a manera del de Letrán, d•e to– dos los países misionados por los españoles en lo pasado o en la actualidad. 5." Publicar una revista nacional de carácter cientifico, como ór9ano del mismo Instituto y portavoz de sus ideas, orientaciones y m'entalidad. Un Instituto de esta o parecida forma organizado sería el grano de mos– taza del Evangelio que en poco tiempo se .transformaría en árhol colosal y gigantesco, que produciría óptimos frutos 'en todas las ramas de la ciencia misional. Un faro tan luminoso derramaría haces de luz sobre los sectores intelectuales de la nación y del mundo entero (4). CONCLUSIONES. l." Procurar fomentar las vocaciones n11s1oneras entre los mnos. ¡ovenes y estudiantes, de manera muy especial en los aspirantes al sacerdocio, bien pertenezcan al clero secular, bi•en al regular. Los medios más adecuados a este fin serán: a) La oración, las conferencias, pláticas, sermones, discursos... sobre misiones; b) Lecturas misionales de libros, catecismos, revistas ... aco– modados a la capacidad de los alumnos; e) Cdebrar academias, veladas, círculos, funciones, fiestas y días misionales; d) Inscril:irse en asociaciones piadosas de índole misional, principalmente en las recomendadas por la Santa Sede;, e) Estudiar la Misionología científica 'en el curso teológico. (·!) VehPmos Ponsignnr, sin <'mhargo, c¡nc' psto Ps sólo nna ,rnvirapión, un anhrlo o desidenít11111 final, al cual c]PhiPrnn ('on,·c't·gpr todos mwstros psfuprzos. Balwmos que la vl'imcra eausa que nrne,·c fl los agrntrs fl lrr orwraeión es la final, finfa ratio cocterorum, aunque en la ejeciH'ión sPa siempre et fin lo último que se obtiene. 1:11 arquiteeto lo prinwro qur hnee PS forrna1· los planos de sus obras, la rraliza<"ión eonerPta srrú fruto del tiemvo y de otros fnetores indis¡wnsahles. Bl Instituto no es rPalizahlP inmedinta– me1ltP, pP!'o c!Phiera s,'r PI hlaneo PI eual n1focú rnmos, dPm!P ahora. lllll'Stros idealps, trabajos y medios.

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