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PROBLEMAS MISIONALES 205 v::n, pero el ejemplo, arrastra para el bien o para el mal. Jesús dice que de tal modo luzcan y brillen nuestras buenas obras que glorifiquen al Padre quie está en los cielos (19). El ejemplo es posible a todos y con mudo ienguaje habla a todos y penetra en el corazón sin herir la susceptibilidad. Recordemos el sermón de San Francisco y de fray León cuando, en silencio, con modes– tia y recogimiento, di'eron una vuelta por Asís. "Padre, ¿dónde está el ser– món?" 'Hijo mío, con nuestro buen ejemplo ya: hemos predicado por las ca– lles de la ciudad ... ". b) Con la palabra.---La muerte y la vida están en poder de la lengua, dicen los Proverbios (20). La lengua es medio poderoso para el mal y para el bien. La lengua es un medio para, dar a conocer la verdad. No se diga: yo no tengo d don de h:, palabra. Ningún sacerdote está excusado de hablar, de aconsejar y deJ predicar el bien y la verdad. Todos, de una manera o de otra, pueden hacerse apóstoles de la palabra. Aquellos a quienes Dios les ha conc•edido dotes y cualidades especiales deben predicar con los talentos recibidos en las catedrales, en los grandes templos, ante auditorios doctos y nobles. Los que por sus cualidades físicas, intel'ectuales u oratorias no puedan ocupar púlpitos elevados podrán enseñar el catecismo, hacer la homilía, dirigir exhortaciones. A veces se hace más fruto con la predicación humilde, sencilla. llena de unción y de celestial doctrina que con magníficos discursos y pomposos s'ermones. Todos pueden ejercitar el apostolado de la conversación edificante, del sabio y discreto consejo, de la palabra consoladora y amiga del sacerdot'e cariüoso, paterno, santo ... c) Con la prensa.---Se atribuye a Tertuliano esta expresión: "Vendrá un día en el cual la tinta de los escritos de la Igl'e.'>ia tendrá casi el mismo valor que la sangre de sus mártires". Esto indica el gran valor que ya en aquel tiempo atribuía Tertuliano a ld palabra escrita. En nuestros días podemos afirmar que la prensa tiem:~ un poder moral extraordinario. Pío XI, en un dis– curso del 4 de marzo de 1928, decía que la prensa en nuestros días es una fuerza de las má5: poderosas, ya que puede ser la potencia más maléfica o la más benéfica d'e la vida del mundo y de la vida de la Iglesia. Un adagio vul– gar dice: "Dime cor\ quién andas y te diré quién eres". Hoy podemos aüadir: ''Dime qué libros y qué periódicos lees y te diré lo que piensas". La difusión de la buena prensa en forma de libro ci'entífico, de divulga– ción, de periódico, de novela... , es un apostolado que ilumina, enseña, nutre la mente de buenos pensami'entos y la voluntad de nobles sentimientos. Se extiende y dura más que la palabra hablada. Los que tengan cualidades para escribir, que usen de ~sta arma potentísima de apostolado. d) Con la acción.---L•eemos en los Hechos de los Apóstoles y en las Epístolas de San Pablo que algunos seglares, hombres y mujeres, trabajaban juntamente con los doce apóstoles. Son conocidos los nombres de Aquila, Priscila, Esteban, Fortunato, Evodia, Síntique, etc. Cuando los sofistas ata– caron al cristianismo con los sofismas y con la calumnia no solamente [os (19}, :.\íATTII., Y, 16. (~O) Proi·., XVIII, :21.
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