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202 P. PÍO DE MO,';DREGAr..;Es quiera que s'e encuentren, deben buscar, después de la gloria de Dios, la sal– vación y santificación de las almas. Por las almas mucre Jesucristo, por las almas trabaja el apóstol o enviado de Cristo. En la. sangre de Cristo se lavan los pecadores arrepentidos, y la sangre de Cristo debe administrar el apóstol en la Eucarístía 1 y en los otros sacramentos. Por Jesucristo y en Jesucristo se santifican las almas, y por d ministerio apostólico los sacerdotes deben llevar las almas a Cristo ... 1. Extender el reino de Cristo.·- ·El apostolado puede ejercerse entre los católicos que viven dentro del reino de Cristo, son miembros de la Iglesia y están incorporados al Cuerpo 1\1:ístico de Cristo mediante tl bautismo. En este caso la misión de los apóstoles es la de conservar la fe, de excitar ia práctica de la vida cristiana, de exhortar aL cumplimiento de los deberes cris– tianos, al ejercicio de las virtudes y a la adquisición de la santidad. El apos– tolado se puede ejercer entre los no-católicos; entonces ts necesario atraerles al redil verdadero, hacerles entrar en la Iglesia única y crn:ólica, a fin de qu'e participen de una manera normal de todos los. tesoros que Jesús en ella de– positó. Todo apostolado, explícita o implícitament'c, debe proponerse estos tres fines principales. Obrar por otros motivos es desnaturalizar la obra redentora y santificadora de Jesús. El fin es siempre 1~ razón del obrar. Este es el blan– co al cual todo apóstol u operario evangélico debe dirigir sus trabajos, sus t:sfuerzos y sus fatigas. II. SUJETOS DEL APOSTOLADO CATÓLICO. El apostolado es una necesidad que procede de la misma naturaleza de la Iglesia. Jesucristo le impuso como precepto a los apóstoles y en ellos, a todos sus sucesores. La soci'edad cristiana, para conseguir los fines propios de 1;u divina institt,ción, requiere apóstoles o misioneros que sean enviados por [a legítima autoridad. ¿Sobre qué sujetos o personas recae esa obligación? l. En primer lugar, la obligación del apostolado, s•.za interno o externo, entre católicos o rro católicos, recae sobre los Sumos Pontífices, que son los Vicarios de Cristo en la tierra y los sucesores de San Pedro en el Pontifi– cado. Los Papas son los primeros mision'eros o apóstoles en la Iglesia. 2. En segundo lugar son los obispos, como suces,Jres de los apóstoles, que están obligados a regir la Iglesia tle Dios y apacentar la grey que se les ha confiado, según las disposiciones de los Supr'emos Pastores. 3. En tercer lugar vienen los s3cerdotes. y religiosos, que en virtud de su ordenación o profesión se consagran al servicio de la Iglesia. De éstos habla– remos más adelante. 4. Finalmente, apóstoles deben ser todos los fieles, que, directa o indi– r•ectamente, están obligados a interesarse por la gloria de Dios y la salvación de las almas, y por la difusión del reino de Cristo. Todos por caridad, por justicia social sobrenatural, y como miembros del Cuerpo Místico, deben cooperar en la medida de sus fuerzas y según su posición en la sociedad a los ref't.:ridos fines.
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