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PROBLEMAS MISIOK,LJ:s 197 c10n misionera y el foco de espiritualidad universalista del alma religiosa debe ser el Sacrificio Eucarístico, en el cual se ofrece la Víctima sagrada pro nosira et totius mundi salute. La liturgia de la misa s'e prolonga en el Oficio Divino, que los sacerdotes'· y muchas comunidades religiosas rezan, por y en nombre de la Iglesia, y en unión illius divinae intentionis qua lpse in terris lw1des Deo persolvit.. .. Son también muy recomendables las Letanías de los Santos, las funciones eucarísticas y toda la variedad de actos; de culto aprobados por la Iglesia que se van desarrollando durante el año litúrgico. Todo esto se pr'csta fácilmente a una espiritualidad misionera interna y externa, cuando se sabe dirigir a fines misionales (52). En los Institutos religiosos suelen practicarse tarnbkn muchas obras d'e piedad sancionadas por las leyes o por la competente autoridad, a las cual'es se les puede imprimir también una orientación misionera, v. gr.: el Vía-Crucis, el Rosario Mariano (53), la Hora Santa misional, 'el Retiro mensual misional, Novenas, Octauarios, Triduos. Días misionalf's (54). En todas nuestras oraciones y obras de piedad podemos reservar un rin– concito para pedir por las Misiones, los misioneros, los neófitos, los catecú– menos, los herejes, los cismáticos, los paganos; por la >extensión y triunfo del reino de Cristo en todo el mundo. Es un misterio, que no se considera sufi– cientemente, que la salvación de muchos dep'ende de las oraciones y volunta– rias mortificaciones de los miembros del Cuerpo 1-Iístico. Al fin de la Evangelii Praecones el Sumo Pontífice hace un llamami'ento a todo el mundo católico parai que todos los fieles perseveren en el propósit~) de sosten'cr a las Misiones, multipliquen sus iniciativas en favor de éstas, ele– ven incesantemente a Dios fervorosas plegarias, presten ayuda a cuantos son llamados al apostolado misionero, procúrenles los medios necesarios, según sus posibilidades (55). El 'espíritu misionero en l&s almas consagradas a Dios, comprendido y practicado según el Evangelio, alimentará viva la llama del fervor religio– so y dari impulsos para las nuevas ascensiones del espíritu hasta la más íntima unién con Dios. De las alturas d~ la unión con Dios, de la contempla– ción trinitaria, de las víctimas inmoladas en los altares d•d cotidiano sacrifi– cio, descenderán luces de redención: y de vida; torrentes de gracia y de amor, para que todos los hombres cognoscant te solum verum Deum et qur::m mis– sisti lesum Christum (56). J. Pcr la formación de una conciencia misionera.---Para poseer una es– piritualidad misionera es necesario tener una conciencia misionera, que debe formarse y desarrollars'e simultáneamente con la vida religiosa del propio Ins– tituto. Para esto se pueden usar muchos medios. Indicaremos algunos. l. lgnoti nulla cupido. Lo que1 no se conoce no se ama. El amor crece a (32) En Buntes Duccte ¡mhlil'amos un largo artículo titulado: La Liturgia .'J las Jlisiones. Cf. B1111tes Doeetc, l!H!J, tomo II, púgs, :!Gll-:l82. (5:tJ. \'{•ase EXRIQl:E l'ELACH, Rosario Jiisionero, :\Inclrid, 1!)25. (54) ILu16x (}.\VIXA, 8 . .T.. Derncionario Jfisio11al, Ililhao, l!J42. (5fí) Cf..L A . .'l., 1!!51, 4;:, ¡,úgs. f.27-528. (fí(i) lo.1xx., XYlf, :;_
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