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186 P. PÍO DE l\IONDREG.'INES también el carácter personal y los caminos por los cuales' Dios dirige al alma... (5). Es evid•rnte que todos los religiosos deben t.cnder a la perfección evangf– lica que exige el estado que han abrazado; pero dentro de ese cuadro común se dan modalidades especiales, métodos característic·os, finalidades particula– res, normas particularE's. En cada Instituto hay que considerar el espíritu del fundador, los fines particulares que se propuso en la institución del mismo, las normas, reglas, constituciones, escriJtos que dejó a sus hijos; ef modo ,:ónm éstos han actuado el programa del fundador en el decurso de los siglos, etc. Es claro qu'e no es lo mismo la espiritualidad de un benedictino, que la de un sa– lesiano, ni la de un c2rmelita que la de un jesuita, ni fo, de un franciscano que la de un dominico. Si las Ordenes o Institutos llevan un cinto tiempo de existencia han lle– gado a formar esou•ela propia de espiritualidad especifica, particularmente 1 :n lo que se refiere a los métodos de oración. Así podemos di5Hnguir las escue– las espirituales benedictina, dominica, franciscana, carmelita, agustiniana, jc– !Suítica, salesiana, ligoriana, sulpiciana, etc. 1O. Espiritualidad misionzra en los estados religiosos,-· -Los m1s1oneros que trabajan 'en los campos de Misiones es chro que deben estar ,mimados del espíritu misionero, porque son los instrumentos eleqidos por Dios para la inmediata dilatación de su reino. Las comunidades de Ordenes o Institutos religiosos que se encu'entran en los territorios ,k rvHsic,nes, sean de vida con– templativa, sean de vida activa o mixta, generahrn:nte se fundan con la fina– lidad de trabajar con la oracié;n, contempladén y otros medit1s por la propa– gación de la fe, la difusión del Evangelio y la constitución d•e la Iglesia en los países donde todavía no existe o de un moc1o imperfecto. Se supone que todos esos operarios de la viña del Señor '.csté'.n animados y penetrados del espíritu misionero. No hablamos de éstos precisamente, s;no de la multitud ingente de reli– giosos de uno y otro sexo que s'e encuentran en países católicos, como suele decirse en retaguardia. ¿Debe existir en éstos ur:;a espiritualidad misionera es– pecial que brote de la misma es•encia del estado religioso7 No hay duda que a todos incumbe el deber de coop;1rar por las Tviis'one,, desde el Sumo Pontífice hasta el último fiel cristiano: p'ero ¿existen razones especiales para que los religiosos como tales, por el mero hecho de serlo, de– ban adquirir y pose'er una espiritu3lidad misionera superior a la 1 de los s:m– ples fieles? 11. ¿Qué se entiende por espiritualidad misionera?---La palabra "espiri– tualidad" está, podemos decir, de moda. Se habla de espiriitualldad precristia– na, cristiana, espiritualidad diocesana, regular, etc. Entre ios Institutos religio– sos se trata d'e la espiritualidad específica de cada uno, como hemos ya indi– cado: espiritualidad benedictina, dominica, franciscana, etc. ¿ Qué entendemos (5) ('f. l'. INxoc1c;,,zo Cor.oso, O P .. Intorno al problemri della molteplil·itii del/e sc11ole spiri/1111/i, l'll l'ifii ('risliana (l 1 'lor('llí'Ía, 1H4::. tomo 15, púg. 186).

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