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PROBLEMAS MIS!(l'.(;.'\LE:i 17> sido nombrado senador del Reino. En 1873 le en.::ontramos ele nuevo como huésped en el Colegio misionero d·e San Fidel, donde imprevistamente le arre– bató la muerte el 31 de octubre del mismo año (26). V. ENSEÑANZA DE LA MISIONOLOGÍA EN EL SIGLO PRESENTE. Al siglo xx se le ha llamado con razón "el Siglo de las Misiones". Se ha desarrollado un movimiento ~xtraordinario tanto en la acción apostólica como en la cooperación y en los estudios acerca de las Misiones. Los problemas misioneros se estudian con más amplitud y mejor criterio que en los siglos pasados. La literatura misional cree'e cada vez mús, abarcando todos los di– versos aspectos de la Misionología. Se han publicado importantes obras acer– ca de la doctrina misional en la Biblia, en la Tradición, en el Dogma, en la l\Ioral, en la Pastorai y en el Derecho. Innum'crables son las publicaciones de propaganda y de cooperación misional, y no faltan las de Bibliografía, Historia. Estadística, Etnografía y Religiones comparadas. No hay rama de la Ivlisionología que, con mayor o menor intensidad, no se haya estudiado en lo que ll!evamos de siglo. A los libros podemos añadir también las numerosas revistas misioneras de simple divulgación o de elevación científica en varios países. No sólo las publicaciones y organizaciones misionales se han multiplicado, sino también la enseñanza de la l'viisionología se ha ~stablecido en muchos Seminarios del clero secular y en los Colegios de Ordenes e Institutos reli– giosos. Cátedras de Misionología existen ~n las Universidades católicas de Ottawa (Canadá), Nimega (Holanda), Münster (Alemania), Friburgo (Suiza), Lubliana (Yugoslavia), Comillas y Salamanca. En Roma tenemos la Facultad de Misionología de la Universidad Gregoriana y el Pontificio Instituto Mi– sionológico Científico de la Propaganda Fide, donde se conc•ede la láurea en Misionologia a los que frecuentan los cursos durante tres años. En estos dos centros sup'eriores, en el período posbélico, ha ido aumentando considerable– mente la concurrencia. Los superiores mayores de nuestra Orden, conociendo la necesidad de una formación superior en la ciencia de las Misiones, establecieron la sección mi– sionológica en el Col•egio Internacional de San Lorenzo de Brindis, que em– pezó a funcionar con sonrientes esperanzas en 1940. Por algún tiempo nues– tros alumnos frecuentaron la Universidad Gregoriana, pero desde el año 194& frecu•entan las clases del Instituto Misionológico en el Ateneo de Propaganda Fide con óptimo resultado. Además, se tienen clases internas para completar la formación, particularmente en le que se refiere a las Misiones de la Orden. VI. OBJECIONES. Generalmente en los movimientos ascensionales se encu'entran dificultades. A los progresistas se oponen los reaocionarios, que se adhieren a las tradi– ciones sólo porqu'ej son viejas o porque siempre lo han vis.to así. El criterio (2G) Cf. .l bííl., vúgs. ;;o. 7~J ;r sigf;., ll2.

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