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120 • P. PÍO DE M.ONDREGANES orientales y protestantes. Pío XII, en diversas maneras, manifestó su pater– nal solicitud por el regreso de los hermanos separados a la Casa del Padre Común de todos. Durante su pontificado se han hecho progresos en este sentido. Como t'.s notorio a todos, una cortina de hierro o de bambú ha aislado, desde el Elba al Pacífico, naciones de veneranda tradición católica y cris– tiandades nuevas oprimidas por el despotismo y la persecución. La Iglesia del Silencio resiste heroicam'ente, y en el dolor o en el martirio espera la libera– ción. De muchos modos Pío XII mostró su solicitud por la suerte de tantos hijos; con intervenciones oportunas, con discursos y mensajes dirigidos a aque– llos pueblos, elevando a la púrpura cardenalicia a heroicos pr•elados y exhor– tando a todos a la perseverancia. Llegará el día en que su sangre fructificará. Podemos concluir que el gran Pontífice Pío XII pasará a la Historia como un Papa misionero que con los •ejemplos, las palabras, los escritos y las ac– tuaciones dió un impulso extraordinario a la Iglesia misionera y señaló las normas y los métodos que los operarios evangélicos deben seguir para im– plantar el reino de Cristo en todo el mundo, ut omnis terra adoret te (46). V. JUAN XXIII El día 28 de octubre, por disposiciones de la divina Providencia, subía ail Solio Pontificio Angel José Roncalli, cardenal patriarca de Venecia, Vicario de Cristo y sucesor de San Pedro, tomando por nombre Juan XXIII, en memoria del Precursor del Señor, que le precedió anunciando los caminos de la salud. El Papa llamado Pastor et Na11tc';,; sucede a Pío XII, Pastor Angelicus. Es un anciano de set'enta y sieie años, lleno de amabilidad, de paternidad y de experiencias en la vida sacerdotal. Humilde de origen, grande de cora– zón, celoso servidor de la Iglesia y del Pontificado. Recorrió las vías del mundo de Oriente a Occidente, aproximándose a gentes de religiones e ideologías diversas; se encontró con problemas sociales y políticos escabrosos; pero, siempre sereno y 'equilibrado, salvó' con firmeza los principios del Credo y de la moral. Es llamado a Roma para reorganizar las PP. OO. MM. y desde aquí empieza su viaje apostólico como delegado y nuncio en Bulgaria, del'egado en Estambul, visitador apostólico en Grecia, arzobispo titular primero de Acrópolis y Luego de Mesembria, en contacto con el mundo eslavo, griego y musulmán. Más tarde nuncio en Paris, arzobis– po patriarca y cardenal de V•enecia en 1953. No pretendemos describir aquí su semblanza completa. No es; éste el lud gar oportuno. Sólo diremos dos palabras de su celo pastoral por las Ñiisiones. En el primer discurso a los cartlenales ya hizo mención de los misioneros lejanos que trabajan en la viña del Señor. Sus cuidados y sus oraciones abrazaban el mundo misionero (1). (46) Cf. H. LEÓN DE Anoz y R. PELACII, Pio XII, Misif)nero, Burgos, 1950. !1) A. A. S., 1958, tomo 5, pág. 838.

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