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116 P. PÍO DE MO,:,,'DREGANES iaternacionaks. De corazón Nos las felicitamos por su celo al servicio de la Iglesia" (34). En d documento dirigido al II Congreso Mundial del Apostolado de los Seglares, del 5 de octubre de 1957, se compendia admirablemente la doctrina de Pío· XII sobr'e el trabajo de los mismos. Como es imposible resumirlo aqui remitimos a los lectores a A. A. S., 1957, tomo 49, págs. 922 y sigs. Extendiendo más sus miradas, no se contenta con la cooperación personal, abre horizontes amplios en el mundo internacional, interesando a los seglares <l'e todo el mundo católico en favor de las l'viisiones, como las Organizaciones Internacionales Católicas (O. l. C.), Organizaciones de la O. N. U., de la U. N. E. S. C. O., de la F. A. O., de la B. I. T. Instituyó en Roma el Centro de Coordinación O. I. C. para fomentar la colaboración a las Ivlisiones. La Secretaría de Estado, en 19.51, estableció tl Comitato Permanente dei Ccngressi Mondiali per l'Apostolato dei Laici, bajo la presidencia del aboga– do Victorino V eron'esse. Este organismo ha tenido ya varios Congresos: en Roma, 'en 1951; en Kisubi (Uganda), 1953; en filipinas, 1956; en Roma, 1957. Como consecuencia de este espíritu universalista que va informando a los seglares católicos de todo el mundo se ha extendido el misionarismo seglar de todas categorías, J•¿; manera muy especial entre los médicos seglares para ias ]\'fisiones, propagandistas de la prensa, de la radio, del cine... Por las exhortaciones y recomendaciones del Papa Pío XII se van susci– tando también vocaciones misioneras, en sentido amplio, entr'e el clero secu– lar para proveer de sacerdotes a las naciones americanas del Sur, como la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, de Madrid; el S·eminario para la América Latina, en Lovaina: los sacerdotes belgas y franceses envia– dos por sus obispos al Africa, etc. Las tentativas de algunas diócesis de Es– pafia para adquirir por su cuenta t'erritorios ele l'viisión confiados al clero diocesano, como la de Vitoria (España). La adaptación.-Uno de los puntos que hace resaltar Pío XII en la evan– gelización del mundo es la adaptación misionera. Problema hoy muy estudia– do a la luz de la Teología, de la Historia y de la experiencia. La Iglesia no es contraria a ninguna cultura, a ningún pueblo, a ninguna raza. La Igl•esia abraza todo lo bueno, todo lo honesto, todo lo aceptable en las regiones don– de planta su fe. Las únicas cosas que excluye por necesidad son las cosas contrarias a los dogmas ca~ólicos y a la moral recta, que no pued•en ser ob– jeto de adaptación. En la Encíclica Summi Pontificatus escribía: "La Iglesia no puede pensar, y no piensa, en atacar o desestimar las carecterísticas particulares que un pueblo, con celosa pi•edad y comprensible vigor, custodia y considera como precioso patrimonio. Su fin es la unidad sobrenatural en el amor universal. .. , no la uniformidad exclusivamente externa, superficial y por esto mismo dé– bil... Todo aquello que en tales usos y costumbr•es no está indisolublemente ligado por los errores religiosos encontrará siempre benévolo examen y cuan– do sea posible será defendido y promovido... Todos aquellos qu'e, entran en (:l4) A. A. S., 1!)57, tomo 4!J, ¡i(1g. 246.

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