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PROBLEMAS MISIONALES 109 <le celo y de asistencia caritativa. En 1920 fué nombrado primer nuncio ante el Reich en B-erlin, manteniendo, también la Nunciatura de Munich hasta 1925. Uno de los cuidados principales fué preparar las bases de un Concordato que debía establecer las relaciones entre la Santa Sede v 'el Estado alemán. Nombrado cardem,l por Pío XI el 16 de dicie;1bre de 1929, sucedió o1l cardenal Gasparri como secr'etario de Estado, colaborando con el gran Pon– tífice durante nueve afios. Pío XI le envió como legado al Con¡:¡reso Euca– rístico de Buenos Aires de 1934; al de Budapest, en 1938; a las fiestas de Lourd'es, en 1935, y a las de Lisieux, en 1937, y cumplió siempre con decoro y brillantez otras importantes misiones. Abierto el Conclave el 1 de marzo de 1939, fué elegido Papa al día si– guiente y tomó el nombre de Pío XII, siendo coronado el 12 de marzo 'en la loggia externa de la Basílica de San Pedro, en el Vatirnno, ante una multitud inmensa que le aclamaba como digno suC'esor de San Pedro y Vicario de Cristo en la tierra. Bajo cualquier aspecto que se le considere podemos afirmar que fué un Papa extraordinario, que se ganó la admiración, las simpatías y el respeto de todo el mundo. Quizá ningún Pontífice dirigió al mundo tantos discursos y recibió tantas audiencias. En toda su doctrina y apostolado se ven las ansias de un Padre que cuida solícito de, sus ovejas y procura atraer las que todavía no están 'en el redil. El día 9 de octubre todo el mundo universal se vestía de luto por la defunción del Pontífice amado. Su cadáver fué trasladado triunfalmente de Castelgandolfo a la Basílica de San Pedro. La manifestación fúnebre fué imponente y nunca vista en la vida de los Papas. Expu'esto a la piadosa veneración de los fieles I en el templo mtis grande del mundo, era un plebiscito de d'evoción, de admiración y de oraciones del mundo católico, que le amó siempre como Padre universal, Pastor Angélico, errlinrnte Pontífice. Pedimos a Dios que en tiempo no lejano sus sucesores le 'eleven a la gloria del Bernini, para venerarle como intercesor en el cielo. La actividad de Pío XII fué multiform'e. Dejando ahora las múltiples fa– cetas de esta figura colosal., nos limitamos solamente a manifestar alg,Unos de sus relieves misioneros que se contienen en sus escritos y alocuciones. RELIEVES MISIONEROS. Santos y Beatos.--Pío XII fué un Papa de profunda piedad, que se mani– foestaba externamente eri la oración y en los actos de culto que ejercia con tanto recogimiento, sirviendo de edificación a los asistentes. Con sus ejem– plos y sus palabras excitaba siempre a la vida cristiana y religiosa. Manifestó la santidad de la Iglesia en su vida y en sus obras. Elevó a los honores de los altares a muchos siervos de Dios para que sirvieran de modelo y de estímulo a todo el mundo. Entre las canonizaciones y beatificaciones qU'e tienen más relación con las Misiones recordamos al Beato Justino de Jacobis (1939), a Santa Francisca Javiera Cabrini (1946), a los Beatos Fogolla, Grassi y 26 com– pañeros mártires en China (1946); a San Juan Britto, misionero en la India (1947); a la Beata Maria Javouhey, mision'era en Africa (1950); al Beato Al– berico Crescitelli, mártir de P. l. M. E. (1951); a los Beatos José Sanj,urjo,
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