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PROBLEMAS MISIO:s/.l\LES 107 En el Año Santo 1925 ordenó la Grande Esposizione Missionaria Vati-, cana, en la cual resplandecen las culturas de los pueblos y los trabajos de los mision'eros por todo el mundo. Le dió carácter de permanencia, instituyendo el Gran Museo Etnológico Misionero de San Juan de Letrán. Dió al Colegio Urbano y al Ateneo de Propaganda Fide grandiosas sedes en la colina del Gianicolo, mirando a San Pedro (1931). Más tarde se añadió el Pontificio Instituto Ci\?ntífico para el estudio de la Misionología y formación de los fotu– ros misioneros, con la facultad de conceder grados é,cadémkos en esta :1Ueva ciencia, a la que tanto contribuyo con sus enseiíanzas. Fué de máxima importancia la Encíclica Rernm Ecclesiae, del 28 de fe– brero d•e 1926, en la que se¡ perfecciona la de Benedicto XV, Maximum illud, y se expone un vasto programa de evangelización y los principios del apos– tolado misionero, repitiendo e inculcando; que el fin específico de las Misiones es plantar la Igl•esia. "Neque enim c,d aliud nata Ecclesia est, nisi ut, regnum Christi ubique terrarum dilatando, universos homines salutaris redemptionis participes efficiat" (2). Inculcó la for,mación del clero indígena, y, de confor– midad con los principios, consagró en San Pedro seis obispos chinos el 28 de octubre de 1926, a la que siguieron otras varias consagraciones de obispos indígenas. Para difundir el espíritu de cooperación misionera y las PP. OO. Ml\tl. re– comendaba la Unión Misional del Clero y la Acción Católica en los países de Misiones. Pío XI no olvidó a los cristianos orientales separados, cuyos probl•emas conocía profundamente. En varios documentos trató de la unión de los her– manos separados. Recomendó la unión con la única Iglesia verdadera en !a En,iclica Ecclt'siam Dei (12 de novi'embre de 1923), con ocasión del III cen– tem,rio del martirio de San Josefat; en la IV!ortalium animos (6 de enero de 1928) \3) y en la Rernm Orientalium, del 28 de septiembre de 1928 (4). Recibió en la Iglesia católica al arzobispo jacobita¡ l\tiar Ivanios con un grupo de fieles. Erigió el Russirnm (15 de agosto de 1929) y formó la Comisión para codificación del der'echo oriental. Fué un verdadero l\tlecenas de las ciencias y de las artes, archivero y bi– bliotecario. Erigió motu prnprio el Instituto de Arqueología: Cristiana (11 de diciembre de 1925); la Facultad d•e Misionología en la Pontificia Universidad Gregoriana (1933); el Pontificio Instituto Misionológico, en el Ateneo de Pro– paganda Fide (1 de septiembre de 1933); la Pontificia Academia de las Cien– cias (29 d•e octubre de 1936). Creó 76 cardenales; firmó 18 Concordatos; elevó a 37 las representacio– nes de la Santa Sede con carácter diplomático y 23 siru ese carácter; creó 128 sedes arzobispales y obispales; 24 abadías y praelaluras nullius; 116 Vi– cariatos Apostólicos; 113 prnelaturas apostolicas; 10 Misiones y distritos Mii iuris. Pío XI fué un misionero científico que dió direcciones y un mision•ero práctico que intuía las necesidades de la Iglesia de primera línea y las nece- (2) A. A. í'!., Hl2G, tomo XYIII, 1iúg. G3. (::) Cf. A. A. í'!., 1H2H. tomo XYllI, ¡,úgs. G-G. (4) ('f. A.. • 4. H.• l!l2S, tomo XX, ¡,úgs. 277-2SS.
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