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ESPIRITU SANTO, fuerza del amor. Abrenos la puerta de la redención. Seguiré llamando a ella en mi noche, cara al cielo, hasta que rasgues el velo que dibuja mi dolor. Entorna con la respuesta tu portón. Preludia el drama. Prende en mis ojos la llama, llamada por la oración. Yo soy cirio de tu templo. Contemplo que me consumo, tenue luz que, oculta en humo, a ti clama, Resplandor. Ven pronto en la cera Virgen, que este cirio ya se apaga. Tu fuego sea mi paga. ¡Arda contigo, Señor! Se acerca tu aliento: "LA PRESENTACION". ¡Entra inmaculada la Madre de Dios! SONO YA LA HORA, EN MIS BRAZOS DIO. Y SOY CANDELERO DE LA LUZ DEL SOL. -"Ahora, Señor, puedE:s dejar que tu siervo vaya en paz, una vez que has cumplido tu promesa" (Le. 2,29). - 65 -