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50 AURELIO LAITA A esta tipología del trabajo enumerada en el capítulo séptimo, los ca– pítulos VIII y IX añaden el trabajo de pedir la limosna. Dice expresa– mente el capítulo IX: «Y los hermanos que trabajan en su adquisición recibirán gran recompensa ... ». Todos estos «trabajadores» (tam clericos quam laicos) aparecen en ei capítulo XVII de la misma no Bulada junto a los predicadores y orantes: «Por lo que, en la caridad que es Dios (cf. Jn 4, 16), ruego a todos mis hermanos, predicadores, orantes, trabajadores, tanto clérigos como laicos, que procuren humillarse en todo, no glmiarse ni gozarse en sí mismos, ni exaltarse interiormente de las palabras y obras buenas; más aún, de ningún bien que Dios hace o dice y obra alguna vez en ellos y por ellos, según lo que dice el Señor: Pero no os alegréis de que los espíritus os estén sometidos» (Le 10, 20). Regla Bulada La regla definitiva consagró el capítulo V al <<Modo de trabajar» con estas palabras: «Aquellos hermanos a quienes ha dado el Señor la gracia del trabajo, trabajen fiel y devotamente, de forma tal, que, evitando el ocio, que es enemigo del alma, no apaguen el espíritu (1Tes 5, 19) de la santa oración y devoción, a cuyo servicio deben estar las demás cosas temporales. Y como remuneración del trabajo acepten, para sí y para sus hermanos, las cosas necesarias para la vida corporal, pero no dinero o pecunia; y esto háganlo humildemente, como corresponde a quienes son siervos de Dios y segui– dores de la santísima pobreza». En cuanto a tipología de trabajos, a nu JUICIO, esta regla no introduce novedad alguna. Se sigue hablando del trabajo manual. Sólo que, al no imponerlo a todos sino a «aquellos a quienes ha dado el Señor la gracia del trabajo», se presume que admite otras actividades, pero que no las llama «trabajo» 8 • La regla Bulada parece tener más preocupación por señalar el espíritu y las condiciones del trabajo, que su tipología. En el capítulo VI se mantiene la limosna, pero no la llama trabajo y parece ser habitual y ordinaria, pues dice: «y, cual peregrinos y foras- 7 EsSER, K., O.F.M., o. c., p. 392. s Según K. EsSER en este capítulo V san Francsico tendría cuenta el trabajo manual y el intelectual. Así lo defiende en Seelsorge und regulare Observanz in unserem Orden, en Vita Seraphica 34( 1953) 169s. Igualmente en Introduzione alla Regola francescana, Milano, 1969, p. 151. Nota 116.

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