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64 AURELIO LAITA especializado siempre en sus diversos servicios y de ello es testigo la historia 31 ; b) la presencia de la persona, más que de las instituciones, en nues– tro mundo secular y cada vez más socializado. El P. Tillard, en nombre de esta nueva sociedad, pone en tela de juicio tales instituciones por motivos como la organización del Estado en instituciones paralelas, el no vivir ya en un mundo uniformemente cristiano y porque estas institu– ciones -más o menos implícitamente- se han hecho cómplices de cier– tos poderes ambiguos y nos ha prohibido denunciar, como se hubiera deseado, ciertas injusticias. El mismo concepto de suplencia, que tendrá vigencia siempre, dice, «se ejercerá por compromisos individuales o por ini– ciativas modestas más que por instituciones creadas con muchos gastos» 02 ; c) una forma de trabajar en plan de colaboración, sobre todo, en los países en vías de desarrollo, que no se parezca en nada a la forma colo– nialista o paternalista de otros tiempos. Es aquella forma impregnada de un gran respeto hacia la cultura y la religiosidad de aquellos países, de diálogo, de deseo de integración, etc., acompañada de la buena dis– posición para retirarse después de que se ha llevado a cabo la tarea, si ya no se es necesario 33 ; d) la tendencia a simultanear el papel sacerdotal tradicional con otras profesiones civiles. Este es un dato recogido por Jesús María Váz– quez en su estudio sociológico «Los religiosos espaíioles, hoy». Según él, más de la mitad de los religiosos españoles se inclinan hoy a simultanear el papel sacerdotal con otras profesiones civiles. Las razones son varias: desde tener una subsistencia asegurada y no depender de los cepillos recordando a san Pablo, hasta la de llenar las horas del día honestamente como todo ciudadano, ya que hoy, en la sociedad moderna, por su racio– nalización del trabajo y el ingreso masivo de todos en el mismo, poco se puede hacer en el despacho parroquial o en el templo en esas horas del día. En este particular es preciso proceder honradamente y preguntarnos 31 CODINA, V., p. 161. 32 TILLARD, J. M. R., Valores esenciales de la vida religiosa en la nueva sociedad, en Presencia de los religiosos en la nueva sociedad, Instituto de vida religiosa, Madrid, 1973, pp. 188-190. En el mismo sentido se expresa L. BoFF en su obra Testigos de Dios en el corazón del mundo, Instituto de vida religiosa, Madrid, 1977, pp. 291-309; 326-327. A las razones expuestas por estos autores hay que añadir otras, como una mayor radicalidad en la pobreza, en la encarnación, etc. 33 Religiosos en una sociedad nueva, Concilio pastoral holandés, p. 88.

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