BCCCAP00000000000000000000387

EL TRABAJO EN LA VIDA FRANCISCANA 59 la inevitable implicación que existe entre todas las actividades a través de la producción. La interdependencia entre todas las actividades: estudio, cultura, política, religión, etc., hace que se consideren a éstas como formas de trabajo, en la cultura actual; c) finalmente, el trabajo se considera como el esfuerzo unido de los hombres por su desarrollo integral 22 • 2. Definición y tipología actual del trabajo Teniendo presente este desarrollo histórico en la concepción del tra– bajo, hoy se define éste como «toda actividad humana, así corporal como intelectual, realizada no por sí misma sino únicamente o primordialmente en orden a la obtención de un fin útil y provechoso» 23 • Según esta definición la tipología del trabajo es la siguiente: a) trabajo económico: aquella actividad humana que se ordena a la transformación de la materia o a la producción de bienes de valor económico; b) trabajo lucrativo: aquella actividad encaminada a obtener una ganancia o un jornal; c) trabajo entitativo-perfectivo: actividad que se dirige a enriquecer y perfeccionar entitativamente el propio individuo y no principal– mente ni inmediatamente a la obtención de un lucro ni a la pro– ducción de bienes de valor económico. Esta actividad es del hombre y por tanto humana y personal: su nota característica es la fuerza creadora del hombre y el efecto entitativo per– fectivo y la producción de una utilidad (según la tipología indicada) son sus notas distintivas 24 • 3. Cuestionamiento de nuestro trabajo e intentos de solución Esta nueva concepción del trabajo y su tipología en la cultura actual plantea al religioso en general y al religioso franciscano en nuestro caso 22 MANZANO, ., Romo faber: el trabajo revela una dimensión fundamental del hom– bre, en Verdad y Vida, n. 141, pp. 53-71. 23 MIGUEL ANGEL DE ESPINAL, O.F.M.Cap., Noción de obra servil en orden al des– canso dominical, Granada, 1963, p. 370. 2 4 ARA, S., l. c., p. 51 y notas recogidas por este autor del P Miguel Angel de Espinal en la obra citada.