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EL TRABAJO EN LA VIDA FRANCISCANA 57 tipología actual en el franciscanismo de nuestros días es necesario tam– bién descubrir la noción de trabajo en la sociedad moderna, a la que se ha llegado a través de diversas actitudes históricas. ¿Cuáles han sido éstas? Por razones obvias me fijo únicamente en las actitudes que, frente al trabajo del hombre, se han dado desde la Edad Media. Una síntesis bien hecha la encontramos en el manual «Doctrina social de la Iglesia» del Instituto social de León XIII. 1. Actitudes históricas frente al trabajo El trabajo en el renacimiento «Frente al medioevo teocentrista, dice dicho manual, el renacimiento se presenta antropocéntrico. Pero el hombre, dentro del renacimiento, no es un ser pasivo ante el espectáculo de las cosas que tiene delante, sino que interviene activa y eficazmente en el mundo. El trabajador es ensal– zado y el ocio es condenado. El trabajo significa gloria e inmortalidad, civilización y progreso. Mediante el trabajo la humanidad camina a un destino mejor, a una meta más alta. El trabajo en la reforma protestante «Sobre la dura frente del trabajo, Lutero deposita una corona. Para él la vida activa es más apreciada que la contemplativa. En su concep– ción el ejercicio de una profesión u oficio llega a ser un acto religioso y de culto. "El trabajo sale de sus manos impregnado de dignidad reli– giosa". Para Lutero el trabajo es un servicio divino. También Calvino pone los valores de la actividad por encima de los valores de la contemplación. Según su teología, unos hombres nacen pre– destinados a la gloria y otros al infierno. El éxito en el trabajo y en los negocios es una prueba de la amistad divina y de la predestinación a la gloria. No es extraño que en los países calvinistas el capitalismo, el tra– bajo y los negocios hayan tenido tanto auge. Del pesimismo jansenista al culto mitológico del trabajo «En el siglo XVII nos encontramos con una concepción sombría del trabajo a causa del jansenismo, que lo considera como una maldición de Dios. Poco a poco el trabajo va cobrando conciencia de su propia grandeza. Pero al mismo tiempo el trabajo se va secularizando y de un