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EL TRABAJO EN LA VIDA FRANCISCANA 55 3.ª La intuición evangélica de Francisco en materia de trabajo es haberlo considerado, dice el P. Lázaro de Aspurz, «en función de la fraternidad y de la minoridad: es el servicio normal que los hermanos menores ofrecen a los hombres. Y como el trabajo corporal, del que habla la Regla, es propio de los siervos, quiere que los hermanos trabajen como tales en las casas de los ricos, sin aceptar empleos de responsabilidad y superioridad, sino manteniéndose "menores y some– tidos a todos". El trabajo, condición del verdadero pobre, comportaba, como ya los hemos indicado, en la Edad Media, la situación de depen– dencia» 14 • Esta intuición de san Francisco quedó expresada en estos motivos por los que impone el trabajo: a) como servicio a los hombres; b) para mantenimiento de la propia fraternidad e incluso de la fra– ternidad con los leprosos y pobres; c) para no vivir de limosna, como muchos clérigos de aquel tiempo; d) por ser menores y para mantenernos siempre en situación de menores; e) para dar ejemplo y f) para evitar la ociosidad. Y realizado el trabajo «como conviene a siervos de Dios y seguidores de la santísima pobreza», se convierte en «gracia» y en glorificación del propio Dios 15 • 4.ª La tipología es precisa en los textos apuntados. Lo más notable tal vez sea el trabajo fuera, en casa de otros. «A diferencia de la comu– nidad monástica y de las agrupaciones gremiales de «humillados» y otras aparecidas entonces, la Fraternidad de los menores no monta sus medios propios de producción ni organiza actividades internas o externas. Cada hermano, por propia iniciativa, debe hallar ocupación en la comarca donde el grupo desarrolla su apostolado o ha fijado su eremitorio» 10 • El P. Manuel Castellar define así el género de vida que san Francisco quería para sus hermanos: «Estos, fuera de los que estuvieran ocupados en la oración, saldrían para sus puestos de trabajo regresando a la noche, para la convivencia 14 LAZARO lRIARTE DE ASPURZ, O. C., p. 127s. 15 EsSER, K., Introduzione alla Regala Francescana, P. 153 1 6 LAZARO lRIARTE DE ASPURZ, O. C., p. 128.