BCCCAP00000000000000000000384

78 REL!ú!ONES DOMINANTES EN CHINA pueblo por una pusilanimidad infantil. Y ese dragón es la personifica– ción de la evaporación y condensación de las aguas, de las tempestades, de las lluvias. Hacia mediados del otoño, desciende y se esconde en los abismos. El pueblo chino rinde verdadero culto al dragón. El emperador lleva su imagen sobre el pecho; el pueblo bajo le atribuye la prosperi– dad de las familias y la fecundidad de los campos. En las curvas que los ríos forman en su marcha, se observan los tortuosos movimientos del dragón, y en muchos lugares, en los recodos de los ríos, la superstición le ha fabricado templos donde perpetuamente se le quema incienso. El oro y la plata están marcados con este signo; no pudo encontrarse otro HABI rACIOKES PARTICULARES DEL SUPERIOR DE LOS BONZOS símbolo más adecuado para los sellos de correos y para la proa de los barcos de guerra chinos. El dragón acapara todo el genio de la nación.· Su imagen se encuentra doquiera. En las fachadas de los monumentos, como en las banderas, en pabellones, en casas particulares, allí está él con sus enormes ojos amenazadores, las garras extendidas, dejando es– capar de su boca enormes surtidores de fuego, expresión de crueldad, y no inspirando más que horror y miedo. Las naciones cristianas no ha– llan otro medio más adecuado para represenbtr el genio del mal. Para el chino, todas las energías de la naturaleza son manifestaciones del dragón. El dragón ha de ser seguramente un obstáculo a la civilización de China, porque encarna la superstición y la rutina. Verdad es que sien– do cada paso por el camino del progreso una como victoria laboriosa– mente conseguida contra este antiguo dios, parece que el haber sido ya

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz