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66 RELIGIONES DOMINANTES EN CHINA !ido para infiltrarse en el mundo cristiano, no tiene comparación posible en el mundo budista. Tal vez pudiera admitirse como semejanza incierta que el amor de benevolencia que se manifiesta en la moral budista, y que es un senti– miento en parte positivo y en parte negativo, se parece sí a la caridad cristiana, pero quedándose lejos de ella, algo así como la felicidad, la beatitud de la Nirvana budista diferénciase intrínsecamente de la felici– dad, de la beatitud según el ideal cristiano. El Budismo no enseña tanto BONCERÍA DE LASHA, LA MECA DEL BUDISMO a amar al enemigo como a no odiarlo, y en el amor budista se ve una disposición, un sentimiento de bondad y de compasión hacia todos los seres, pero sentimiento que no es espontáneo, misterioso y no razonado del amor, sino más bien ciencia adquirida por la reflexión, o una per– suasión y esperanza de que la ley de la naturaleza procurará una re– compensa a los que así se conduzcan. La diferencia resulta soberanamente grande si se ponen en parangón los efectos correspondientes al ideal cristiano y al ideal budista. ¿Dónde están en el mundo budista los hospitales, los asilos para los abandona– . dos, los orfelinatos, las hermanas de la caridad y todo ese ejército de religiosos y monjes que, renunciando al mundo y a sus más caras afec– ciones, constitúyense en padre y madre, en hermano y hermana, en

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