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42 REUOIONES DOMINANTES EN CHINA catolicismo sea la base, el fundamento de la nueva China próspera y grande que se trata de edificar. El caso es que Ma-sian-pei mereció los más calurosos aplausos y felicitaciones del escogido auditorio, formado de consejeros municipales, insignes letrados, grandes mandarines y lo más selecto de la sociedad china de Shanghai. Abrigábamos la confianza de que, teniendo el Confucianismo un enemigo tan formidable, y la libertad de cultos un defensor tan elo– cuer.te y entusiasta en el Parlamento, los discípulos de Confucio no po– drían conseguir que el Confucianismo fuese declarado religión de Estado. Queremos hacer constar que en esa formidable lucha religiosa, nuestro pobre Vicariato del Shensi septentrional no podía ser ajeno al grandioso movimiento, y en la ciudad de Venanfu, asiento del Obispo– Vicario Apostólico, tuvimos el consuelo de ver reunidos, durante tres días consecutivos, a los cuatro delegados de los católicos del Vicariato, los cuales, tras maduro examen y deliberación, determinaron quedar constituídos en asamblea permanente para velar por los fines de su de– legación, y elevar al Parlamento de la Nación un serio mensaje, cuyos principales puntos, que en aquella ocasión nos fué dado examinar, fue– ron los siguientes: 1. 0 El Confucianismo no es religión propiamente dicha. Confucio fué, sencillamente, un filósofo, y a mucho conceder, un santo. El mismo tuvo maestros que le enseñaron y educaron; por consiguiente, si se trata de prestarle adoración, préstese a sus maestros preferentemente. (No se olvide que son chinos los que así razonan). 2. 0 La república china está constituida de cinco razas, y en esas razas, el catolicismo, el protestantismo, budismo, taoísmo y mahometismo, hállanse más extendidos que el confucianismo; la proclamación de esta doctriria como religión dé Estado acarrearía inevitablemente el descon– cierto social, el rompimiento de la unidad nacional. 3. 0 El Confucia– nismo, lejos de fomentar el progreso y la regeneración de la Patria, ha de conducirnos a un retroceso brutal, constituyendo a la Nación en baldón y objeto de mofa de las potencias extranjeras, que terminarán por ahogar nuestra existencia política; y 4. 0 Se invita a los señores di– putados generales y senadores de la República a que estudien las insti– tuciones políticas y la historia de los países más grandes de Europa y América, y juzguen con el ánimo sereno y libre de prejuicios y perso– nales opiniones lo que en ellas se ordena en materias religiosas. Libertad de cultos ficticia.-Hubiérase dicho cosa hecha: la libertad de cultos solemnemente garantizada por la nueva constitución de la re– pública china, era proclamada de nuevo por decreto de su Presidente, con fecha 25 de Septiembre de 1914. < Que nadie se llame a engaño,

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