BCCCAP00000000000000000000384

IV Retroceso y evolución del Confucianismo en nuestros días.-Li– bertad de cultos ficticia.-Los cristianos chinos y las carreras del Estado. Retroceso y evolución ... -Durante los días de revolución, que dió al traste con la exótica dinastía tártara que venía desgobernando la China e implantó la república en todo el eximperio-1912-dijéronse muchas cosas buenas, referentes a nuevas orientaciones de progreso y civiliza– ción de la rejuvenecida China. En la prensa europea y americana se ponderaba con verdadera y razonable complacencia el cristianismo de los jefes revolucionarios chinos, se hablaba de la participación en el gobierno nacional de numerosos jóvenes educados en las escuelas mi– sioneras, del desafecto con que se miraba a ciertos grandes templos na– cionales, como el del Cielo, en Pekín, que había de ser convertido en instituto agrícola, de la abolición del homenaje tradicional y obliga– torio a Confucio en todas las escuelas de la nueva república. La satis– facción de los delegados de la •Unión cristiana en China, fué grande cuando, a raíz de la proclamación de Vuan-che-kai para la presidencia de la República, recibidos en audiencia especial, oían de labios del emi– nente jefe de Estado frases encomiásticas que significaban una calurosa felicitación por sus trabajos en pro de la regeneración, y les ofrecía su concurso eficaz para la consecución de los nobles fines que se proponía la ,<Unión cristiana,. Con la velocidad del rayo corrió por toda la cris– tiandad la noticia de que el Gobierno chino, por primera vez en la historia, se acercaba a las iglesias cristianas pidiendo que en ellas se in– tercediera por la China, por su Gobierno, por el Parlamento, por la paz y prosperidad de la Nación, señalando el mismo Gobierno un día determinado de oración y de plegarias al Todopoderoso, que fué el do– mingo 27 de Abril de 1913. A las hermosas solemnidades del culto ca– tólico, celebradas con pompa nunca vista en la catedra! de Pekín, asis– tía el ministro de Estado en persona y representaciones de la Presiden– cia y del Gobierno, afluyendo al templo del verdadero Dios los hombres más ilustres de la sociedad china y un pueblo inmenso.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz