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TAOISMO 15 dor la riqueza de sus frutos maduros y la refrigerante sombra de su ramaje lleno de humor y de vida. Mas la metafísica de las doctrinas de Lao tse y su genio poco comunicativo, fueron causa de que poco des– pués de su muerte-mister:osa cual fué su nacimiento-sus doctrinas, sus enseñanzas todas fuesen muy desfiguradas por sus propios discípu– los que, llevados tal vez de una admiración excesiva hacia el Maestro, han propalado acerca del mismo leyendas absurdas, en las que el ri– dículo corre parejas con lo maravilloso e increíble. Los verdaderos sa– bios de la China conocen perfectamente la falsedad que encierran estas leyendas, pero aprovéchanse de ellas para atacar con violencia a los taoístas; nos referimos a los confucistas. La doctrina de Lao tse, aunque célebre, dista mucho de haber adqui– rido el renombre de la de Confucio. L:10 tse carecía del espíritu de pro– selitismo y del deseo de ser visto que animaba siemJJre a Confucio. El carácter y genio de estos dos sabios eran enteramente opuestos, y Lao tse cuyo programa de apostolado era decir la verdad con franqueza y hasta con sutil ironía, reprendió muchas veces el fausto y la vanidad de Confu– cio. « El sabio, le decía, es amante de la humildad y del retiro y huye de los empleos públicos que signifiquen ostentación y honor; el que es sin– ceramente virtuoso y verdaderamente grande, no hace gala de sus virtu– des ni las anuncia a todo el mundo siempre que se le presenta ocasión para ello,.· Confucio vióse humillado y calló, pero en sus conferencias con sus admiradores y discípulos, nunca, o rarísima vez, hacía mención de Lao tse. El antagonismo de carácter y doctrinal de los maestros pasó a los discípulos y se ha perpetuado hasta nuestros días, por lo cual, al estudiar las cuestiones filosóficas de l;i China, es preciso vivir alerta y saber a cuál de las dos escuelas pertenecen los autores cuyos libros vengan a nuestras manos. El Tao-Tei-Kin.-No se puede comenzar a hablar del Taoísmo como religión dominante en China, sin emitir algunas nociones preliminares acerca del Tao-Tei-Kin, el libro por excelencia de Lao tse, fundador de esta secta religiosa. El Tao-Tei-Kin tiene dos partes; por esta razón, la obra fué llamada por espacio de mucho tiempo Tao-Kin, libro de la Razón, y Tei-Kin, libro de la Virtud. Los chinos tienen la costumbre bien antigua de de– signar las partes de un libro por las palabras que se encuentran al prin– cipio del mismo. Más tarde se juntaron los títulos de ambas divisiones, y se ha llamado Tao-Tei-Kin, libro de la Razón y de la Virtud. Tao tse se manifiesta en este libro filósofo de verdad, moralista juicioso, teólogo eminente y metafísico sutil. La majestad de su estilo y algo también de su obscuridad, recuerdan a Platón. Las opiniones de

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