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12 RELIGIONES DOMINANTES EN CHINA toda su claridad y brillantez. Con la ayuda de lo poco que aún que– daba de la revelación primitiva, la reflexión natural podía salvar el es– píritu de los paganos de caer en una ceguera fatal. Del estudio de la religión de los primitivos chinos, y aun del deg;a– dante politeísmo, en el que se encuentran sumidos en nuestros días, se desprende evidentemente ese hecho incontestable y común a todos los pueblos del Universo: el conocimiento y la adoración hacia un Dios Su– premo, personal y único. Ese Dios es para los chinos de hoy, como para los de otros tiempos, el Shang-ti (Sublime Soberano, Soberano Empe– rador), o bien el Sang-tien (Sublime Cielo), o el Laot'ien-je (Eterno). Todo chino tiene conciencia de ese Ser, Señor Supremo y Justiciero, que aún domina en el Universo. No existen templos ni imágenes de ese Ser; es más, la noción que de él se tiene no es tal vez ni espiritual si– quiera. Para el chino ese Ser es uno, invisible, creador, remunerador. rlace todo cuanto quiere; su voluntad, sus designios, sus ordenamien– tos, son la providencia celeste. Feliz y bienaventurado en sí mismo, vive absorto en gozo perenne y perpetuo. De él procede toda autoridad sobre la tierra; el Emperador debe ofrecerle sacrificios para obtener el bienestar del Imperio. No existiendo nada que sea digno de ofrecerle , el vulgo conténtase con presentarle los sentimientos del corazón, ho- menaje espontáneo en las circunstancias críticas de la vida, y que se traduce por una exclamación de dolor, de despecho o desesperación. Es decir: que la semejanza, la afinidad, por decirlo así, los puntos de contacto que encontramos en el fondo de las creencias del pueblo chino con las creencias primitivas, nos llevan insensiblemente a recor– dar la unidad del género humano, y nos prueban que la religión del Imperio celeste no es más que una desviación lejana de la verdadera religión revelada. Al lado de este reconocimiento universal, aunque vago y obscuro, de un Soberano y Unico Señor, se han propagado en China varias es– pecies de religiones o sectas religiosas, que han tenido por adictos, in– distintamente, a todos los habitantes del Imperio. Tales son el Taoismo, el Confucianismo, el Budismo y la Religión popular. Digamos algo acerca de cada cual de ellas.
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