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EL FRANCISC\;,;Js:-.m DE LOPE J)E VEGA S. FRANCISCO. FR. JUNÍPERO. los ojos, por no mirar éste que levanta un labio, el otro que abre la boca, éste que traga alargando, como tarasca el pescuezo con el un carrillo hinchado ; el otro que está sin dientes ni muelas, está mamando; éste se ahoga, aquél escupe la mosca que está en el caldo, éste estornuda, aquél tose, el que bebe haciendo pasos de gaznate y clcscuhriendo en el garguero, de un palmo, más nuez que de una ballesta... A risa me ha proYocado ; grande es su simplicidad; bien puede ser del palacio de Dios truhán. que esto tudu espíritu está brotanclu. Este lenguaje es de un tonto. 35 Poco después, Junípero acaba de repartir veinte panes a los pobres, y se disculpa diciendo : Dios lo ciará, qne e;., 1n11y largo. y pues cla ciento por uno, por veinte, Padre, está clan, que nos ha de dar dos mil. El fervor y vehemencia del ·1mor, otra de las cualidades más será– ficas, no carecen de expresión en Lope de Vega: Dios mío; sin amor, ¿ quién pasará? Algo ha de amar quien hombre al fin nació. Tres cosas que tú dices hallo yo en que todo el amor resuelto está. A continuación resume la caridad en el amor a Dios, al amigo y al ,enemigo. Para Lope el 'tmor de San Francisco es tan ardiente que el
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