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32 FR. MAURICIO DE BEGO.Ñ'A, O. F. M. CAP. 1os del amor seráfico profes·1do a su Madre y se querella así con Fray Junípero: Volved, Junípero amigo, con vuestra maya, que el cielo está de vos envidioso oyendo vuestros requiebros, y yo celos he tenido... Pero Fray Junípero, en vez de calmárselos, se los exacerba dono– samente: Y con razón tenéis celos, porque quiero a vuestra Madre más que a mi vida por cierto. Es conmovedor ver en los originales firmados por Lope esta jacu– latoria. escrita por él, con la que sella su tan seráfico amor eucarístico a Jesús, pero siempre unido al de Marh, en el misterio más francisca– nista : el de la Inmaculada Concepción. "Loado sea el Santísimo Sacramento y su Madre Santísima conce– bida sin pecado original." Entre las cualid1des de este amor seráfico a Jesús y María pone el P. Alen<;ón la primera la simplicidad en sus <los sentidos: de amor único, absoluto, sin condiciones, y de amor que procede sencillamente, con santo candor no exento de gracia. Ese amor simple, sin condiciones. resplandece en esta afirmación e.xtrema que el Fénix pone en labios de S1-n Francisco, que habla con el demonio: Cuando Dios, bestia maldita, que todas mis culpas ve, que yo para siempre esté en los infiernos permita; allí viviré contento, siendo voluntad de Dios. Y la santa simplicidad de algunos de los primeros compañeros del .Santo es motivo que utiliza Lope para amenizar a lo divino sus dramas religiosos.