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EL FRANCISCANISMO DE LOPE DE VEGA Padre, porque es padre, y Ave, porque es ave de María, que como un ángel nos guía a su devoción suave; Credo, porque creo bien sus consejos; y la Salve, para que por él me salve por siempre jamás. Amén. Este amor de Lope al Seráfico Padre es la cla \·e de su ardiente ex– presión del ideal franciscano. Pero ¿ en qué consiste este ideal? Mu– cho se ha escrito sobre esto; pero creo no errar al decir que los escri– tores que más se han acercado a su definición y exposición han sido precisamente los escritores de nuestra Orden Capuchin'.l. entre los cua– les sobresalen el P. Hilarino de l ,ucerna, con sus Jdeaies de San Fran– cisco; el P. René de Nantes, en su libro Historia de los Espirituales en la Orden de San Francisco, y el P. Eduardo de Alern;on, en su Alm;i Franciscana y en sus Lecciones de Historia Franciscana. Sobre todo, este último ha puntualizado de una manera casi escolústica los rasgos fisonómicos del ideal franciscano. En él distingue: I . 0 El elemento material, que comprende: a) El retorno a la observancia primitiva del Evangelio. b) El espíritu de paz y concordia. e) La sumisión profunda a la Iglesia Romana; y d) El amor personal y apasionado a la Humanidad de Je– sucristo. Las cualidades de este amor son: simplicidad, gene– rosidad, alegría y fervor. Sus resultados son: penitencia dulce y humana, santo uso de las criaturas, amor al prójimo con el apostolado y la onción. 2. 0 El elemento formal: El espíritu de desprendimiento absoluto llevado hasta la pobreza extrema. Este cuadro nos servirá de cuadrícula donde ir colocando las ex– presiones con que Lope de Vega ha desenvuelto el ideal franciscano. El primer elemento y más _precioso del ideal seráfico es el retorno
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