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EL FRANCISCANISMO DE LOPE DE VEGA 23 Hemos visto que Lope ha recogido el hecho franciscano. Nos toca ahora esta cuestión : ¿ Ha recogido su ídeal? Veamos. Sí reparamos en hs características generales de la obra de Lope, ya podemos afirmar que vienen a coincidir con las grandes tendencias franciscanas. Son las de la obra lopiana, según Menéndez y Pelayo y González Palencia: La n:lturalidad, "aun en la expresión de lo so– brenatural", el realismo más puro, la sana filosofía práctica, la ale– gría del vivir y el amor a la naturaleza. ¿ Quién no sabore·t dejos de franciscanismo en estas cualidades de 1.ope que él-hay que confesar– lo--no supo siempre en su vida práctica mantener en el uso sagrado que el legítimo espíritu francisc·rno exige? Tiene Lope de Vega un soneto a San Francisco que bastaría por si solo para acreditarle de cornprensor del espíritu del Seráfico Padre. En él resaltan los tres distintivos del Santo: humildad caritativa, pe– nitencia virgin-11 y semejanza con Cristo. Helo aquí : Francisco, cuyo santo humilde celo la silla mereció que fué perdida del ángel por soberbia, y concedida a la humildad c1ue pmetraba el ,jelo. De penitencia espejo, que en el suelo la propia carne tuvo tan rendida, que, admirando al demonio, fué vencida entre la nieve y el rigor del hielo. ¿ Cuál merecer al vuestro llegar pu<lo?, pues Dios no solamente os había dado que negándoos a yos, con la cruz fuerte humilde k sig-áis pobre ::, desnudo; mas de sus santas llagas adornado, por qne le parrzc;\is en Yirla y muerte. En un temperamento artístico como Lope, ele rigor era que el ideal franciscano encontrase un fiel intérprete, y máxime dotado de la orto– doxia católica de los genios españoles del Sigio de Oro. Mas no es oportuno adentrarse en el estudio de la influencia del Seráfico Patriar– C'.l. en el arte. Tenemos presente la advertencia del maestro Menéndez

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