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- 33 - Esta religiosidad natural del hombre que, según los antiguos filósofos, constituye la característica de nuestra raza, (lzomo animal religiosum), y mejor se– gún Tertuliano, revela que el alma es naturalmente cristiana (testimonimn animae naturaliter clzistianae), se ha explicado, a través de los siglos, en el lzeclzo luanano exterior, quel que yo llamaría fenómeno lzis– tdrico. El fenómeuo lzistórico, consiste en que todos los pueblos de la tierra, en todos los tiempos y en todos los lugares, han tenido una religión y se ejercitaron en las prácticas del culto. Estas religiones son di– versas, pero en todas se encuentra un fondo co– mún; la creencia en un Ser Superior, a quien el hombre siente necesidad de adorar, de tenerle pro– picio, de aplacarle, de darle, en una palabra, culto. Partiendo de estos principios, los Prolegómenos de la Ciencia de la Religión consistirán en el estu– dio del lzeclzo divino y del lzeclzo Jzunzano, de que he– mos hablado. Examinando el lzeclzo lzunzano: I. Se contrastará la existencia, universalidad e importancia del lzcclzo histórico y remontándose a las causas, se le mostrará no sólo como consecuencia de una revelación primitiva conservada intacta e incorrupta en el Cristianismo, falsificada y corrom– pida en los falsos cultos, sino también como una explicación de la religiosidad natural del hombre, que ha aportado su tributo y que servirá de prin– cipio para explicar la razón de algunas analogías y - ¡; -

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