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- 14 - La enseñanza doctrinal de la Religión se desarro– lla en tres grados, que podrían llamarse: elemental o primario, secundario o superior. La en.señauza. primaria es aquella que se da a los niños con el Catecismo, hasta la primera Comunión. Es, sin duda alguna, de grandísima importancia. El Catecismo es la fuerza viviente, que man– tiene y perpetúa la fe en un pueblo; es como el primer granítico fundamento sobre el que descansa la Religión. tl esculpe y graba en el alma virgen y pura los primeros principios de las creencias religio– sas. Pronto o tarde, mal grado los extravíos de la in– teligencia y las perversiones del corazón, el espíritu, tocado de la gracia,· siente iluminarse, y aquellos principios, por largo tiempo olvidados, despreciados, se arraigan más profundamente en el corazón. Pero el Catecismo de los ·niños se ha, respec– to de la enseñanza de la Religión, corno la gramá– tica a la literatura, las cuatro reglas de la aritmética a las ciencias matemáticas, los estudios de las clases elementales a aquellos del Instituto o del Liceo. Y he aquí otro grado en la instrucción religiosa: La ensei'ianza secunda1:ia.

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