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de cuatro años de nueva espera, cuando, en los últimos meses de 1943, comenzó el desescombro del solar, iniciándose la construcción a mediados de 1944. La obra fue posible gracias al interés y la disponi– bilidad espiritual y económica de Dña. María del Carmen Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, condesa de Gavia. Habiéndose ente– rado de los proyectos de los padres capuchinos, decidió participar activamente en los mismos. Una prueba de esta participación la encontramos en la ceremo– nia de la bendición y colocación oficial de la primera piedra el 4 de noviembre de 1944, cuando ya comenzaba a tomar forma la nueva edi– ficación. La ceremonia fue oficiada por el obispo de Santa Cruz de Tenerife, Dr. D. Fr. Albino G. Menéndez Reigada. La "primera pie– dra" quedó puesta en la fachada de la iglesia. Dentro de ella hay una caja de plomo que contiene un pergamino en el que se indica que el nuevo templo y convento se construyen a expensas de la señora con– desa de Gavia, "a la memoria de su marido el Excmo. señor don Fran– cisco Losada y de las Rivas, Conde de Gavia y de Valdelagrana, Mar– qués de Mudela; de sus padres los Excmos. señores don Luis Fernández de Córdoba y Ponce de León y doña Angela Pérez de Barradas y Bernú, Duques de Medinaceli, y de sus hermanos los Exce– lentísimos señores doña Angela, Duquesa de Uceda; don Luis, Duque de Medinaceli; doña María, Duquesa de Híjar; don Alfonso, fallecido a temprana edad; don Fernando, Duque de Lerma, y don Carlos, Duque de Tarifa; y en recuerdo de la iglesia, hace tiempo derribada, de San Antonio, que existió en esta misma ciudad formando parte de la casa de los padres de la Fundadora". Tres años duraron las obras. El día 14 de diciembre de 1947, tercer domingo de adviento, se inauguró la iglesia, aunque no estaba completamente terminada en todos sus detalles. Tanto para los pro– motores de la iglesia (orden capuchina, condesa de Gavia), como para 5

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