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El cronista de la casa de San Antonio dejaba este testimonio en su crónica: "En la mañana de hoy, 31 de mayo, hora 10 de la mañana, falle– ció santamente, como había vivido, la Excma. Sra. Dña. María del Carmen Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, Fundadora del Santuario de San Antonio de Cuatro Caminos. El Señor ha querido hasta sensiblemente premiarla sus dos grandes obras religiosas de construcción que estaba levantando en Puerto de Santa María (Cádiz) y en Cuatro Caminos. Puerto de Santa María construyendo el antiguo castillo familiar con la capilla de la Virgen Santa María de España y San Antonio en recuerdo de aquel antiguo y célebre convento de Capuchinos San Antonio del Prado. Muere el último día del mes de mayo, como si Santa María de España, en premio, la llevara en el último día de mayo, el más bello, al cielo; y después en martes, premio que San Antonio consigue del Señor en agradecimiento al magnífico santuario que le ha levantado. ¿No es esto una providencia, mayo y martes, Santa María de España y San Antonio? Cuantos hemos conocido a la Condesa, conservaremos de ella un extraordinario recuerdo por su bondad, su inteligencia prodigiosa y su generosidad. En verdad era la "madre" de los capuchinos de Cas– tilla, y en su compañía se sentía el amparo de esta maternidad. De su piedad, diremos que era una santa; su oración, meditación, misa y comunión diarias; su bendición con el Santísimo por las tardes en su palacio, sus horas santas nocturnas, su caridad para todos y su silen– cio para saber callar y no criticar nunca de los demás, eran pruebas de una piedad verdadera y profunda. Un rasgo en la piedad de la condesa era su devoción particular por San Joaquín y Santa Ana, padres ·de la Virgen. 11 -

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