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misericordia infinita, se valió de ella para iniciar una obra tan del divino agrado". Estuvo en el santuario cele– brando el triduo de la Ascensión. También participó en la fiesta de San Antonio , especialmente en la comida que se r epartió entre los pobres. Cuando llegó la novena de la Inmaculada , cedió, para la celebración de los cultos en la iglesia, " un artístico cuadro de la Inmaculada, que ha sido colocado en un altar". Días más tarde, el María del Carmen Fernánclez ele Córdoba y P érez ele Barradas, Condesa ele Gavia 14 de diciembre , se emocionaba al intervenir como madrina en la ben– dición de la bandera del colegio escolanía de San Antonio. El 18 de febrero de 1949, a las 7 de la mañana , la condesa de Gavia sufrió un mareo que provocó la alarma entre los médicos y entre el personal de su casa, hasta el punto de que el administrador de la condesa, Sr. Siles, en compañía del P. Provincial de los capuchinos señalaron un sitio para su sepultura en el presbiterio del santuario. Murió el 31 de mayo de 1949, a la edad de ochenta y tres años, cuando estaba dando gracias después de haber recibido la comunión, "sentada en su sillón, con suavidad, como una lámpara que se consu– me lentamente". Había recibido ese mismo día la absolución antes de la misa y, al momento de la muerte , se le administró también la extre– maunción. 10 ======================